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CICLISMO

El Tour del interrogante

Contador afronta un reto cumbre por el desgaste del Giro y la amenaza del TAS

El Tour del interrogante

JOSÉ CARLOS J. CARABIAS

Se ha plantado Contador en Francia con el escudo antimisiles . De naturaleza extrovertida, amante del riesgo, las sensaciones fuertes y el paso adelante, ha colocado un interrogante antes de salir a la arena. «Lo normal es que no gane» , soltó a modo de prólogo para los desubicados, para todos aquellos que no han entendido que el tremendo desgaste al que sometió a su cuerpo durante el Giro de Italia puede pasarle factura en el Tour. El juicio implacable de la historia decreta que sólo los más grandes entre los grandes han conseguido el doble desafío Giro-Tour en un mismo año . El último fue Pantani, en 1998. Y el anterior, Induráin, en 1993. Entre eso y el asunto flotante de la vista en el TAS por el caso del clembuterol , el Tour que mañana arranca en la carretera submarina del pasaje de Gois asoma peliagudo para el español. Contador aspira a su cuarta corona en un microcosmos hostil: el público francés lo abroncó ayer en la presentación de los ciclistas.

El asunto del clembuterol ha transformado la perspectiva de Contador en 2011. Sin el dichoso positivo, su temporada habría transcurrido por otra senda. Hubiera descansado en un programa de hábitos: París-Niza y sucedáneos, sin presión extra en carreras de mayor rango. El positivo lo transportó al Giro , a un territorio conocido pero complejo. Tuvo que ir y obligarse a ganar porque lo contrario se hubiera traducido como un fracaso y tema de debate para cualquier conversación turbia. Han influido en su desgaste los kilómetros de desnivel en siete etapas con final en alto, el extenso recorrido de las jornadas montañosas y la velocidad, que nunca baja en las grandes citas del ciclismo a pesar de que los profetas aseguran que todo ha cambiado a mejor en el uso de recuperantes y atajos.

Menos favorito

Contador es menos favorito que otras veces por el peso de esa lógica, aunque será un proceso estéril. El mejor ciclista del mundo está obligado a demostrarlo en la mejor carrera . La influencia del Saxo Bank se advierte en este punto. Riis contrató al español y le puso al banco danés en la solapa para ganar el Tour, la cita más universal del ciclismo.

Los que dudan de este deporte por el carrusel de escándalos relacionados con el dopaje no son capaces de distinguir que Contador es un ciclista fuera de categoría . Una especie de Messi de la bicicleta, ser superior y superdotado para este deporte por infinidad de motivos. No necesita apenas entrenamiento para ponerse en forma, sube más rápido que los demás, se recupera antes de los esfuerzos y anatómicamente compite con un perfil aerodinámico que lo ha transformado en contrarrelojista. Entre eso y su fuerza mental para superar la adversidad, para no perder nunca la concentración ni el foco, Contador se ha erigido como el nuevo Armstrong del ciclismo.

Le esperan varios enemigos durante tres semanas. El potente eco de la opinión pública francesa y sus portavoces en la poderosa prensa del país, un presunto desfondamiento por falta de energía y sus rivales en la carretera, los que concursan desde hace tiempo frente a un muro de hormigón.

Todos sus adversarios han elegido otro camino de entrada para el Tour: la tranquilidad, la paciencia competitiva, pocos kilómetros en las piernas y la mente fresca. Todos los que intentaron en años anteriores el desafío de preparar el Tour a través del Giro fracasaron: Evans, Wiggins, Kreuziger, Basso... Su organismo sólo les respondió en una carrera. Contador es el único candidato que en 2011 ha corrido el Giro.

El Tour plantea otro cara a cara entre el campeón español y el menor de los Schleck, Andy . Apenas se ha visto al luxemburgués, tapado durante toda la sesión. Tremendo escalador Schleck, su baza puede ser la contrarreloj por equipos, arropado por una poderosa formación, el Leopard, y su comandante ancellara. El inglés Bradley Wiggins fue cuarto hace un par de años y acaba de ganar el montañoso Dauphine Liberé. Los veteranos Basso y Cadel Evans siempre son apuestas fiables, aunque inferiores a la pareja estelar. Y en el último escalón, los jóvenes. Gente como Roman Kreuziger, Janez Brajkovic, Robert Gesink o Jurgen Van den Broeck serán protagonistas, sobre todo en la montaña.

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