luto en las celebraciones gallegas
Cuando la fiesta acaba en tragedia
La celebración del último título del Barcelona o la noche de San Juan han dejado muertos en Galicia. El debate se reabre

Una vez más, la muerte de varios ciudadanos durante una celebración, en esta ocasión el San Juan coruñés, ha reabierto el debate sobre la seguridad en las múltiples celebraciones festivas que cada año salpican el calendario gallego. En los últimos meses, las fiestas de la Nochevieja o la celebración de un campeonato europeo ganado por el Barcelona han finalizado con sucesos luctuosos en la Comunidad. Además, los especialistas destacan la elevada incidencia de los excesos de alcohol del último Carnaval en las principales localidades con tradición del Entroido en la provincia de Ourense, o el incremento del 25% en las llamadas desde toda Galicia hacia la centralita de emergencias de la Xunta, en la noche de hogueras de este pasado jueves.
Las reacciones se suceden mientas se investiga si el consumo de alcohol medió en las muertes de esta semana. «Soy coruñés, y lo de caer en una hoguera es un peligro latente de cada San Juan, es un accidente, y que falleciese es una tragedia. Cada año mueren muchas personas en el Orzán o en Riazor, es una zona llena de remolinos y la gente se confía demasiado. Los que somos de aquí le tenemos mucho respeto a esa parte por lo peligrosa que sabemos que es. En fin. Pobres ellos y pobres familias», comentaba Daniel, un ciudadano herculino, sobre los casos de los hombres de origen brasileño y argeliano fallecidos en la noche más corta del año.
Para otros, como Manuel, el peligro no es intrínseco a la fiesta: «Desde hace tiempo estas tradiciones van degenerando en espectáculos que atraen a una multitud que incluso no es de la zona. Se han convertido en espectáculos que poco tienen que ver con las tradiciones». Tampoco faltan los que critican la falta de recursos de los servicios de asistencia en caso de urgencia. «De haber llegado antes la ambulancia, se podría haber hecho algo más», comentó una joven que presenció cómo el cuerpo del ahogado en la playa del Orzán era rescatado del agua, ya sin vida.
Los fallecimientos han desatado, además de las habituales reacciones de condolencia de la clase política, un llamamiento a la «prudencia». «Creo que esa llamada a la prudencia es fundamental para evitar que se produzcan sucesos tan desgraciados como los que tuvieron lugar en La Coruña», señalaba el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, el viernes, ante el incremento del número de incidentes registrados en toda Galicia, que alcanzó el 25%.
Ninguna alerta acabó de forma funesta, pero los profesionales atendieron en Galicia, durante la noche de las hogueras, a 53 afectados por intoxicaciones etílicas graves. El 061 movilizó en 39 ocasiones a las ambulancias asistenciales: ocho de los 53 atendidos debieron ser trasladados al centro de salud, y 21 al hospital.
¿Hay solución?
A pesar de las críticas habituales frente a los debates abiertos en caliente, desde los propios partidos políticos, como es el caso del BNG, se abren los interrogantes. La formación nacionalista abogó en La Coruña por «evaluar el dispositivo de cara a aumentar la seguridad en los próximos años» y potenciar las campañas informativas, «que deberían iniciarse con muchos días de anterioridad al de la propia celebración, para que no vuelvan a repetirse daños personales como los de la pasada noche», en palabras del portavoz del grupo municipal, Xosé Manuel Carril.
Violencia
La noche de San Juan dejó también noticias de otros episodios ligados a las grandes concentraciones festivas, los que tienen como eje central ataques violentos entre ciudadanos que, en no pocas ocasiones, se encuentran bajo el efecto del alcohol o incluso de otras sustancias. Un menor de 15 años y un varón de 20 sufrieron heridas de gravedad leve propiciadas con arma blanca en Vigo durante los actos festivos. Lamentablemente, estos episodios no son, ni mucho menos, exclusiva de las macrocelebraciones. En abril, la localidad coruñesa de Boiro registró dos apuñalamientos relacionados con la marcha nocturna. El pasado mes de febrero, un ciudadano tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en el Hospital Universitario de la capital gallega tras una pelea que finalizó con tres heridos en una noche de jueves, la jornada de fiesta universitaria por excelencia, en el centro de Santiago. Uno de los heridos era el responsable de un local de la zona. Las fiestas de La Barca, en Muxía, acabaron en 2010 con un joven con antecedentes apuñalado en cuatro partes de su cuerpo.
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