Folletos con la imagen de Caballero, en un nuevo pulso del PSOE a la Junta Electoral

Hasta ahora la estrategia pasaba por bordear la ilegalidad. Los carteles promocionando las obras de humanización se encontraban en el límite de lo que podría ser considerado «información de interés para la ciudad». Pero poco le ha durado al cabeza de lista del PSOE en la ciudad de Vigo, actual alcalde, su respeto por la reforma de la Ley Electoral. Abel Caballero reta de nuevo al organismo supervisor, en esta ocasión con folletos repletos de mensajes específicamente electoralistas.

Los socialistas vigueses no esconden ya sus intenciones de ganar la batalla a su principal rival política, Corina Porro, centrando su estrategia política en el «todo vale». Así las cosas, los panfletos publicitarios, prohibidos hasta el inicio de la campaña electoral el próximo 6 de mayo a las 00 horas están ya en la calle. Con el cronómetro en cuenta atrás, el regidor socialista mantiene activas las acciones de autobombo en un órdago en toda regla a la normativa vigente.

La defensa de la caja de ahorros —Caixanova—, el Ave directo a Vigo por Madrid, y su nueva estación, así como la de los tres de mercancías, comparten un lugar destacado en la promoción del candidato, junto a las marquesinas, fuentes y obras de mejora por la ciudad. Llega hasta el punto de atribuirse, el auditorio, la ampliación de Rande o la nueva depuradora, de competencia autonómica; e incluso las mejoras en las dotaciones deportivas y el Premio Nacional de Deporte, área bajo la dirección de sus socios nacionalistas.

Todo ello sin olvidarse de la escisión que ha generado su gobierno en el ayuntamiento, creando una marca propia; la de «Alcaldía». En Vigo, los bancos, las vallas o incluso los parkings son del alcalde, como así lo indica su sello, y poco pueden decir ya los contribuyentes que son los que pagan. Barata le va a salir la campaña al PSOE en Vigo; y caros los cojines que reparten con factura a cargo de las arcas municipales.

No hay que olvidar que la publicidad institucional sigue bordeando el límite entre lo legal y lo ilegal, pancartas y carteles que difícilmente se pueden desvincular del regidor o de su gestión al frente. Propaganda, al fin y al cabo, de los logros que vocifera. La firma que él mismo acuñó, para hacer diferencias con sus socios de gobierno, los nacionalistas del BNG a los que ha convertido en un partido residual sólo apto para blindar su bastón de mando en el Consistorio de Vigo, y que le sirve ahora para una promoción encubierta que llega como agua de mayo de cara a los próximos comicios del 22-M.

Pero este no es el único. Su compañero de siglas en Ferrol, Vicente Irisarri, no se queda atrás. Bajo el pretexto del Plan Urbanístico, ha activado una campaña publicitaria que llega a diferentes espacios públicos de la ciudad. «Un despliegue con evidentes connotaciones electoralistas —a juicio de los populares— que está costando a todos los ferrolanos 10 millones de las antiguas pesetas y que Irisarri saca ahora sólo para intentar lucirse».

Cabe recordar que la Ley Orgánica del Régimen Electoral General también establece de manera inequívoca que está prohibido cualquier «acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos por un gobierno», así como «cualquiera organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que utilicen imágenes o expresiones coincidentes o similares a las utilizadas en sus propias campañas por alguna de las entidades políticas concurrentes a las elecciones».