El «Djoker» ya se lo toma en serio

Cuando pierde Rafa Nadal, se alarma la gente y en la justificación siempre hay argumentos que se aceptan sin rechistar, pues la mejor raqueta del mundo falla pocas veces. Se le busca un pero a su derrota en la final de Indian Wells, nefasto con el saque (42% de primeros), errático con la derecha y distraído por momentos ya que su servicio le llevaba por el camino de la amargura. Bien, están argumentadas las reflexiones, pero basta con mirar al otro lado de la pista para entender el resultado, adverso esta vez porque su rival, Novak Djokovic, va como un tiro en este 2011 . Confirmado, es la amenaza.

Ya está aquí el mañana, proclama el sanedrín, y Nadal, que no se diga, está avisado. Todavía queda algo de Roger Federer, pero se asume que Djokovic es el enemigo , oponente con quien se librarán mil batallas en la lucha por el trono y los grandes torneos una vez el DNI condene al apagón del suizo eterno. De aquí al mes de julio, Djokovic tiene un plácido camino para recortar la distancia que le separa en estos momentos de Nadal —3.920 puntos— ya que el balear defiende un tesoro por sus éxitos del curso anterior , ansioso porque después del Masters de Miami regresa a la tierra y ahí es intocable. Tiene que ganar casi todo porque Djokovic le incordia y en 2010 no tuvo un primer tramo especialmente bueno.

Se pregunta la gente el porqué del estallido de Djokovic, al que siempre se le reprochaba cierta desconexión mental cuando afrontaba un reto importante sin que nadie dudara de un talento sobrenatural. A la sombra del legendario duelo entre Nadal y Federer, el triunfo en la Copa Davis de diciembre le ha convertido en un tenista inmortal , ganador desde entonces de todos los partidos que ha disputado sin que nadie le haya discutido demasiado. «Djoker», como se le conoce por los pasillos del circuito por su interminable repertorio de bromas —joker es bromista en inglés—, ya se lo toma en serio y entiende cuándo toca reír y cuándo no.

Mucho más entonado que el resto, ágil en sus desplazamientos y rapidísimo en la carrera, Djokovic se protege con su entorno aunque su palco ya no esté abarrotado como antes en este primer trimestre del año. Siempre presente Marian Vajda, su entrenador, ahora tiene quien le escuche, pues se sienta en el diván para charlar con Igor Cetojevic. Es su psicólogo desde hace un tiempo y dicen que por ahí se entiende buena parte del éxito. « Estoy en el mejor momento de mi vida en la pista de tenis, pero nadie es invencible . Estoy jugando con mucha confianza, me estoy sintiendo bien en la pista, estoy muy entregado», resume el protagonista. En el Crandon Park de Miami, a partir de mañana, tiene otra reválida para confirmar que va en serio.