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ATLETISMO

Nunca más un caso Semenya

Los expertos quieren revisar los test de género tras el episodio de la atleta surafricana

AP

JOSÉ CARLOS J. CARABIAS

«Sé lo que soy. No puedo cambiar lo que digan de mí». La atleta Caster Semenya (21 años, Masehlong, Suráfrica) se ha convertido en un caso digno de estudio para la comunidad científica del deporte. No sólo desde el punto de visto médico, sino también desde una perspectiva social y legal. Semenya regresó hace un mes a la competición después de un periodo de letargo obligado por el estudio de su particular genética. Ganó el título mundial de 800 metros y ese fue el principio de una larga pesadilla . La acusaron de ser un hombre con cuerpo de mujer en una competición femenina. Los exámenes revelaron que padece una anomalía cromosómica: testículos internos masculinos y genitales externos femeninos . Un caso con pocos precedentes en el deporte. Puede competir como mujer sin limitación alguna para la Federación Internacional, pero el debate médico-científico sigue abierto. Y no todos opinan lo mismo.

No lo hace, por ejemplo, el profesor Ambroise Wonkan, de la Universidad de Ciudad del Cabo, que ha emitido un juicio a favor de una revisión estructural de casos como éste durante unas jornadas sobre las sociedades africanas y la genética. «El número de anomalías genéticas y su complejidad convierte la política de los análisis de género, al menos el uso de la genética, en algo completamente inadecuado. Su revisión es obligatoria», dice. « En el caso de Caster Semenya, todo fue mal desde el principio ».

El profesor Wonkan pide una decisión clara cuando el deporte se enfrente a un episodio de esta naturaleza, aunque desde cualquier de vista se trata de un problema social, legal y funcional . Un asunto que tiene que ver con los derechos humanos. «No sabemos interpretar todas las variables y es un asunto que no está resuelto», añade Wonkan.

Las atletas a las que se enfrentó Semenya en el Mundial de Berlín han recibido el reingreso de la surafricana con escepticismo. Es una mujer que produce testosterona. «Para mí es un hombre», sentenció sin mano izquierda la italiana Elisa Piccione . La canadiense Diane Cummins llegó a una conclusión similar, con más rodeo en la oratoria: «Aunque sea una mujer, está en el límite de lo que se considera normal en términos biológicos. Desde esa perspectiva, la mayoría de nosotras tenemos la sensación de estar corriendo contra un hombre». Y más amplia en su disertación fue la inglesa Jemma Simpson: «Obviamente, se trata de una cuestión de derechos humanos, pero deben ser tenidos en cuenta los derechos de todos, no sólo los de una persona», apuntó refiriéndose a la campeona.

Mientras tanto, Caster Semenya prosigue con su vida deportiva sin especular sobre su sexualidad. «Sé quien soy. Y la única persona que puede juzgarme es Dios» , aseguró a la BBC en tono místico. «Sólo necesito pensar en cosas positivas, en el futuro. Así es como vivo. No puedo pensar en el pasado porque entre todos conseguirían destruirme».

Caster Semenya visualiza la final olímpica de 1.500 metros en los Juegos de Londres 2012 , para que la que ya ha comenzado a prepararse. Al tiempo, gestiona la búsqueda de patrocinadores con su preparador personal, Michael Seme, para juntarlos a las entidades que ya la apoyan, Nike y la Universidad de Pretoria. Y ha reunido 105.000 euros en una colecta de sus seguidores en Suráfrica. «La gente la adora», asegura su entrenador.

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