Castella, el único galo que gusta en La México

Una pena que los toreros contratados por la empresa de la Plaza México en la décima octava corrida de la Temporada Grande no hayan sabido aprovechar la oportunidad que les dieron.

Para rellenar, la empresa programa en esta época de la temporada a algunos matadores que han cortado oreja, a otros que son sus amigos y a otros que son apoderados por gente cercana a ella. Sin embargo, eso no es garantía de triunfo.

Y así pasó este domingo, en la corrida 18 de la temporada, en la que el único que dio una vuelta al ruedo fue el francés Juan Bautista. El torero europeo fue protestado, pues el único galo que gusta en La México en estos momentos es Sebastián Castella. Bautista quiso triunfar con florituras, pero aquí en la Monumental lo que gusta es el toreo.

El norteño Óscar López Rivera demostró lo que es: un torero que no torea y que su valor es importante, pero no trasciende. En sus dos faenas dejó pasar a los toros, pero sin que le ovacionara el público, que registró una magra entrada.

Decepcionante también fue la actuación de Aldo Orozco, quien el domingo pasado se jugó la vida con dos imponentes toros de José Julián Llaguno en la Nuevo Progreso de Guadalajara, pero quien en la Plaza México no fue capaz de hacer lo mismo con otro par de astados.

Bien presentado resultó el encierro de Villacarmela, ganadería que debutó en la Plaza México con toros hechos y derechos, bravos y emotivos, que al final dejaron buen sabor de boca, aunque para los ganaderos mucho trabajo en los potreros.