El twitter de don Torcuato
En un universo paraleloEn este ejercicio literario, el fundador de ABC tiene tan solo 50 años, alimenta un blog e incluso tuitea

Por TULIO DEMICHELI
Si fueran ciertas las hipótesis de algunos cosmólogos quizá en un universo paralelo haya nacido en Sevilla un Torcuato Luca de Tena y Álvarez Ossorio el 21 de febrero de 1961 y ahora estará cumpliendo 50 años. Quién sabe si en ese universo las cosas ocurren como en este, pero supongámoslo con alguna diferencia, porque la revista Blanco y Negro habría sido fundada en 1991 y ABC tan sólo hace 6 años, pero todos sabemos que eso no puede ser así, se pongan los astrofísicos como se pongan. En realidad, Blanco y Negro se fundó allá por 1891, y ABC hoy es un diario más que centenario que llega a quienes lo leen en papel o vuela hasta las pantallas del móvil y el ordenador. Eso sí, en este universo paralelo Don Torcuato es su director desde hace veinte años y, aunque Pedro Jota comenzara a dirigir Diario 16 a los 24, como el nuestro ya editara su revista La Educación a los 12, con justicia se le considera el más precoz entre los periodistas.
Le divierte la Movida
Hijo de su tiempo, don Torcuato no vivió la Restauración, ni la dictadura de Primo de Rivera, ni la República, ni la Guerra Civil, ni la dictadura de Franco aunque sí la Transición. Siendo un muchacho inquieto enseguida entendió —porque eso sí lo lleva en los genes— que en España se podía ser monárquico, liberal e independiente a finales del siglo XX. Cursa el Bachillerato en Madrid, se libra de la mili, comienza a estudiar la carrera de Derecho, pero no se amarraba al duro banco sino que salía y salía, porque a él le llama la actualidad y le divertía la Movida como a sus primas Catalina y Soledad. Le tiraban los escritores y poetas, artistas, músicos, sobre todo las gentes del teatro, algo menos las del cine, aquel hervidero de modernidad en plena ebullición. Don Torcuato deja de estudiar. Hace negocios. Viaja y viaja. Un día visita el Kliegende Blätter, un medio que ya apostaba en Munich por las tecnologías más futuristas. Y sintió en ese momento la llamada del periodismo como vocación.
Don Torcuato ingresa en ABC de la mano de Don Guillermo, su editor (que en este universo paralelo más que nieto, resulta su tío consentidor, casi un padre), y pasa en un pis-pas de becario a redactor jefe, luego a subdirector y a director, ahora sí, en 1991. «Estamos donde hemos estado siempre», hoy repite como lema el de su tío abuelo: Don Juan Ignacio.
Pues bien, don Torcuato —así le llaman todos aunque le tuteen— enseguida pone en marcha sus ideas innovadoras. Terciando los años 80 informatiza la Redacción de ABC; avanzando los 90 todos los periodistas del diario están movilizados y transmiten sus crónicas vía satélite; al cruzar el milenio don Torcuato se instala cómodamente en la era de Internet.
Popular y culto
En fin, si Blanco y Negro y ABC renovaron la vida periodística del siglo XX introduciendo un formato manejable y haciendo un periodismo a la vez popular y culto, donde la política no era el centro, sino que las Letras, las Artes, las Ciencias, el Toreo, los Deportes, los intereses de la pequeña burguesía y de aquella clase media incipiente, y también los de las mujeres como lectoras inteligentes, completaban esta historia general de un día escrita en los diarios; hoy esta renovación se ha hecho instantánea y multimedia, con una corresponsalía en la Estación Espacial Internacional y un satélite informativo rumbo a Marte.
Y es que hasta su admirado Don Juan Carlos —hay quien dice que el ilustre periodista es el «confesor» del Monarca— hoy escribe un visitadísimo blog e incluso tuitea con todos nosotros… gracias a él.
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