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«El gato», cazado en los tejados

El ladrón entró en una casa por la ventana y huyó por las azoteas seguido por la Policía

M. J. ÁLVAREZ

No se sabe como salía de las viviendas en las que robaba, enclavadas todas ellas en pleno centro de Madrid, pero sí como entraba: «Por la ventana». Así, al menos, lo explicaron a la Policía varios vecino que lo vieron con sus propios ojos. Y por una de ellas tuvo que salir a la fuerza al verse sorprendido «in fraganti».

De este modo actuaba un hombre que se dedicaba a robar en el interior de pisos. Ya lo había hecho en varias ocasiones en la calle Vizcaya, en la de Reina y en la de las Infantas sin el menor problema alguno, por lo que decidió probar una vez más en esta última. Fue el martes pasado, aunque esta vez el tiro le salió por la culata y, pese a sus demostradas dotes de agilidad y destreza, la de los agentes de la Policía Nacional eran superiores, por lo que fue «cazado».

Sorprendido

El «caco», J. M. A. S., un español de 37 años, se introdujo dentro de un domicilio de la citada calle de madrugada, y mientras estaba afanado en apoderarse de diversos objetos de valor, fue sorprendido por el inesperado regreso del dueño de la casa, que se quedó atónito.

El delincuente, buscando una escapatoria, intentó penetrar en otra habitación sin lograrlo, por lo que la víctima se lanzó al teléfono para llamar al 091, y el asaltante huyó por la ventana, encaramándose al tejado.

Hasta el lugar acudieron varios agentes que accedieron a la cubierta. Una vez allí, recibieron otro aviso del 091: un residente del inmueble colindante había visto a una persona agazapada en la azotea de su finca.

Los efectivos recorrieron el otro tejado con el consiguiente peligro, no solo por su grado de inclinación, sino por su estado y las malas condiciones climatológicas, que lo hacían muy resbaladizo.

El ladrón, al verse acosado, salió de su escondite e inició una carrera en dirección a un andamio de obra instalado en una de las fachadas, con el fin de descender por él hasta la calle. A esas alturas ya habían comunicado la situación a otras dotaciones, que habían acudido en su apoyo.

Los refuerzos detectaron al delincuente y subieron por la estructura metálica hasta que lograron darle alcance en el quinto nivel, cuando trataba de ocultarse, escondido de cuclillas. Al verse acorralado, el «ladrón-gato» intentó zafarse una vez más e inició un forcejeo con uno de los agentes que a punto estuvo de precipitarse al vacío. No lo hizo gracias a su compañero, que reaccionó a tiempo y lo evitó al agarrarle con fuerza de su cinturón. Una vez arrestado, se comprobó que había participado en hechos similares en calles aledañas recientemente, a tenor de las denuncias registradas.

La detención fue realizada por agentes del Grupo de Atención al Ciudadano de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

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