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Azulgranafobia del Madrid

El Barcelona vuelve a mostrar su gran superioridad y quita el liderato a los blancos

Azulgranafobia del Madrid efe

JORGE ABIZANDA

El Barcelona inflingió otro duro correctivo al Real Madrid en el último partido del año y se comerá las uvas como líder de la ACB (igualado a victorias con los blancos). Ayer se dio un atracón con los de Messina, que sucumbieron una vez más ante una bestia negra a la que no gana en su cancha en liga regular desde la campaña 2005-06.

Mientras el mundo del fútbol recuperaba la respiración después de haber vivido pendiente de abogados y juzgados a la espera de conocer si el próximo 2 de enero se jugaría la Liga, la ACB disfrutaba ayer de la fiesta del clásico en un Palau abarrotado. El «calendario dirigido» había reservado uno de los duelos estelares de la temporada para las fiestas navideñas y resultó un regalo para los aficionados (azulgranas).

El Real Madrid llegaba con ánimo de saldar viejas cuentas pendientes con el Barcelona, la más reciente la paliza sufrida en el comienzo de la temporada en la Supercopa. Pero desde el salto inicial se atisbó que sería difícil que Messina sumara su segunda victoria ante un rival que definitivamente se le ha atragantado al italiano (nueve derrotas en diez partidos desde que llegó a España). Los blancos mostraron su peor versión y sufrieron un parcial de salida de 7-0. Perovic, actor secundario en una plantilla estelar, impuso sus centímetros y asustó a un Madrid en el que sólo Reyes se mantuvo en pie. Recuperado de sus problemas físicos, el capitán apretó los dientes mientras sus compañeros sufrían el ciclón azulgrana, aunque Messina se veía obligado a sentarle por las dos personales que ya acumulaba a los cuatro minutos.

El Barça se sintió muy cómodo porque el Madrid cometió el error de dejarle correr —Grimau metió la quinta— y los fantasmas de pasadas derrotas abultadas sobrevolaron el marcador. Sin ayudas bajo los tableros, desaparecido Llull y con Suárez pagando la novatada de su primer clásico, la gran defensa (una vez más) de los de Pascual terminó por convertirse en un muro insalvable.

Debut de Anderson

A pesar de las bajas de Pete Mickeal y Basile, la superioridad fue tal que el técnico azulgrana hizo debutar a su último fichaje, Anderson, en el segundo cuarto. El norteamericano se convirtió en un lastre para su equipo y anoche sólo demostró que es una máquina... de hacer personales. A pesar de ello, el Madrid siguió instalado en un desconcierto del que sólo se salvó un batallador D'or Fischer.

Las consignas de Messina en el vestuario cayeron en saco roto y los azulgranas se fueron hasta los 25 puntos (58-53), diferencia que no fue a más gracias a una ráfaga de lucidez de Tucker desde la línea de tres. Aunque los blancos llegaron a rebajar la desventaja hasta los 14 puntos (69-55), los de Xavi Pascual no dieron en ningún momento síntomas de debilidad.

Por si quedaban dudas, tres triples consecutivos de Morris en el último cuarto, en el que se alcanzó la máxima diferencia (26 puntos), cerraron cualquier esperanza blanca. El Barcelona acabó el año a lo grande: paliza al eterno rival y liderato.

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