Paz Vega: «Soy muy reivindicativa con la maternidad y la familia»

La irresistible Paz Vega vuelve a casa por Navidad. Sabido es que su estancia en California benefició su carrera desde que aterrizara en Los Ángeles en 2004 para intervenir en «Spanglish», junto a Adam Sandler. Los tibieza del tiempo en esa ciudad californiana ayuda bastante. «Como buena andaluza, necesito luz», asegura realizando con la mano un requiebro desde su cara preciosa hasta esa cintura que no se ha modificado en esbeltez a pesar de ser madre de tres criaturas de su matrimonio con Orson Salazar, la persona más discreta y afable que uno se puede encontrar en el mundo del espectáculo. «Lo de la cintura se lo debo a mi familia, a mi abuela y a mi madre. Los embarazos se quedan en la tripita, no me afectan estéticamente al resto del cuerpo. Aunque tengo esas ventajas por constitución, en lo referente a la percepción de la vida tras dar a luz, también puedo decir que cambia tu óptica ante el mundo. La gente suele decirte que has madurado. ¿Que cómo me las arreglo? Pues organizándome, con la inestimable ayuda de mi madre y sacrificando cualquier instante libre que tenga. Hay momentos en los me dedicaba a cosas como la lectura, cuidarme un poco o concentrarme en un guión, de los que ya no soy dueña. Menos mal que Orson es la persona que mejor me entiende y lucha igual que yo para que los niños nos tengan cerca».

Rodó embarazada de siete meses «Don Mendo Rock, ¿La venganza?», un detalle que encajaba con el guión. «Disfruté cada momento, es la verdad. La obra de Muñoz Seca ya la había hecho en Sevilla a los 16 años, pero me apetecía mucho este proyecto que dirigía José Luis García Sánchez, con guión propio y de José Luis Alonso de Santos. Cuando trabajo, como en este caso, llego al tiempo libre muy cansada, por eso disfruto estando en casa; es un placer reunirnos los cinco».

Dice que va a cumplir 35 años, «y cuando veo fotos de no hace demasiado tiempo me encuentro como una niña sin hacer, a la que falta madurez, y eso que desde los 22 años mantengo el mismo peso, pero tras los partos los volúmenes se redistribuyen de nuevo y te haces más mujer. Y es que para la mujer se producen cambios muy drásticos. Soy muy reivindicativa de la maternidad, de la familia. Respeto a las parejas que no quieren hijos, pero yo abogo por tenerlos. Quiero matizar que una embarazada no es una enferma, ni una ñoña, ni una mujer aburrida. Estar embarazada es un estado de gracia: estás llena de sensualidad, de vida, eres más mujer que nunca; es la feminidad en su estado máximo».

Por todas estos detalles quería que su personaje fuera radiante. «Vamos a rodar un Don Mendo al desnudo», decíamos. Eso, con lo que a mí me gusta que me miren durante esos meses y, además, desnuda, ¿por qué no? Ha habido días de cansancio y conté con mi propio espacio para descansar y terminar antes las intervenciones. Estaba entusiasmada con el guión de Alonso de Santos y de José Luis y que se basara en la obra de Muñoz Seca. Ha quedado una película muy berlanguiana, muy de plano secuencia con todo el mundo hablando y en distintos idiomas».

García Sánchez dice que «con Paz he tenido la suerte de que hayan trabajado dos para el mismo papel, ella y el niño». Vega corresponde: «Me cuidó todo el equipo, hasta el director de fotografía se preocupó de que saliera guapa». En 2011 la actriz aparecerá en los créditos de cuatro producciones norteamericanas y, mientras espera el estreno de «Vallanzasca—Gli angeli del male», el 17 de enero en Roma, celebrará la Navidad con toda la familia, «para después volvernos a Los Ángeles. Los niños están criándose muy bien y además aprenden inglés».