Zapatero margina a Galicia e impone Oviedo para cerrar el Xacobeo 2010

A falta de catorce días para el cierre de la Puerta Santa, al titular del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, se le acaba el tiempo. Le han sobrado oportunidades para evitar pasar a la historia como el único presidente que no ha pisado suelo gallego en pleno Año Santo, tantas como ha desaprovechado. Si bien, a su ausencia se añade un nulo apoyo al Xacobeo 2010 en la Comunidad, demostrando que sus preferencias son otras, y que no hay cabida para el disimulo.

No hay novedad alguna en que esta Administración central haya dado la espalda a Galicia desde el principio, como tampoco en que su falta de implicación haya mermado una celebración histórica, como así lo demuestran las cifras, superando con creces las expectativas previstas con más de ocho millones de viajeros a solo dos semanas del cierre oficial.

Si bien, el último desprecio del equipo de Rodríguez Zapatero se producía ayer cuando la ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, anunciaba que clausurará el próximo lunes en Oviedo el programa de actividades culturales del Xacobeo 2010 durante una visita en la que mantendrá un encuentro con el presidente del Principado de Asturias, el socialista Vicente Álvarez Areces. Una decisión ya conocida que fue impuesta en el Consejo Jacobeo, sin opción a votación, y en torno a la que se creó una agria y comentada polémica.

Así, las voces más críticas no tardaron en cuestionar que el evento no fuera en la Comunidad gallega, como era de esperar. El PP de Galicia aseguró entonces que el Gobierno central continuaba «su colección de agravios a Galicia» al trasladar a Asturias esta clausura y consideró «indignante» que «los festejos en torno a un evento cuyo epicentro es Galicia arrancaran en Roncesvalles y vayan a terminar en Asturias». Tampoco faltó la réplica del Ejecutivo estatal que negó que hubiera pretendido «robar protagonismo» a Compostela con esta iniciativa, haciendo ver que esta propuesta de cerrar en Asturias los actos culturales en los que participan ocho comunidades, —y que arrancó en Navarra y Aragón—, fue planteada en diciembre de 2009 en el Consejo Jacobeo y después en la Conferencia Sectorial de Cultura celebrada en junio.

Al margen de las dobles lecturas que en estos casos se hacen inevitables, lo cierto es que el abandono al que ha condenado la Administración nacional a la Comunidad es inequívoco. En una entrevista que el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, concedió a ABC en octubre, respondió rotundo a la consulta de si creía que Zapatero se desplazaría a Galicia: «Estamos esperándolo desde el 1 de enero. Sería una pena que tuviese que venir porque se siente presionado. Pero eso es mejor a elegir no venir... El Xacobeo es, con seguridad, el acto más importante que se está celebrando en España este año de carácter cultural, turístico, social o religioso: es muy difícil entender que en 365 días el presidente del Gobierno no haya encontrado ni uno solo para venir. Ahora, quedan todavía dos meses, y esperamos que recapacite y que entienda, valga la redundancia, que sería muy difícil de entender para todo el mundo el hecho de que no venga».

Ayer, tras el anuncio de Sinde y a falta de un fin de semana para el acto de cierre de la programación cultural, la Xunta prefirió evitar la polémica. Así, en declaraciones a este diario, confirmaron que se trata de un acto en paralelo al cierre de la Puerta Santa, evento oficial (con Moncloa o sin ella) que supone el broche del Xacobeo 2010. En la misma dirección, defendieron que el éxito inmejorable de la actividad cultural diseñada para este Año Santo ha sido posible aún sin el apoyo del Ejecutivo de Zapatero, alegando que han participado del mismo más de 4,5 millones de personas. «La magnitud de nuestro programa es incomparable», puntualizan.

Mucho más crítico se mostró el Partido Popular, que volvió a calificar la decisión como «una nueva provocación». En sus declaraciones a ABC, fuentes del partido afirmaron que la cita asturiana se reduce «a una estrategia política», «se trata de ajustar cuentas con una Comunidad de la que son conscientes que es un caladero de votos en detrimento de Galicia», sentencian. No obstante, tras lamentar una actitud que tildan de «absolutamente partidista», aplauden que «afortunadamente, el Xacobeo no ha acusado su falta de apoyo con récords históricos que nunca antes se han producido, en el mejor Año Santo de cuantos se recuerdan».