El efecto dominó de los okupas de Buenos Aires
Los barrios de chabolas están ocupados por 200.000 habitantes; la población en estos lugares ha aumentado un 50 por ciento

El Club de Fútbol Alvariño, en el empobrecido sur de Buenos Aires, se convirtió esta madrugada en objetivo de un grupo de okupas. El efecto dominó del Parque Público Indoamericano, transformado en los últimos días en campamento de unos 5.000 inmigrantes, en su mayoría bolivianos, había comenzado. La batalla campal entre vecinos de la zona y okupas, que terminó con cuatro muertos confirmados –uno estaba desaparecido-, forzó que el Gobierno nacional, por fin, destacara este fin de semana 1.200 efectivos de Gendarmería y Prefectura , fuerzas especiales para situaciones descontroladas.
En la capital de Argentina, en los últimos diez años, las barriadas de chabolas, conocidas como villas miseria , ascienden a catorce. Su población, de unos 200.000 habitantes, aumentó en ese tiempo en torno al 50 por ciento. Esta cifra equivale, según datos oficiales, al 7 por ciento del censo de Buenos Aires, donde viven unos tres millones de personas . La pobreza, del 20 por ciento, y el flujo migratorio de los países vecinos más pobres son algunos de los factores que explican este escenario.
Pero hay otros elementos para entender lo sucedido en el Parque Indoamericano, en el barrio obrero de Soldati , donde anoche se volvieron a registrar encontronazos entre los vecinos que quieren expulsar a los okupas y las fuerzas de seguridad que acordonan la zona.
Una semana trágica
A la situación actual se llega después de una semana trágica . El martes pasado la Policía Federal y la Metropolitana desalojaron el parque y dos personas murieron. Se desconoce si fue a manos de los agentes (las imágenes eran brutales) o como resultado de la trifulca entre inmigrantes y vecinos. Los okupas, la mayoría bolivianos y en menor medida paraguayos, volvieron. Varios habían sido víctimas de mafias que les estafaron vendiéndoles parcelas del parque . Ahora eran más y venían acompañados de argentinos, algunos declaradamente militantes kirchneristas , como uno de los cabecillos y portavoz, Alejandro Salvatierra.
El jefe de Gobierno de la ciudad, Mauricio Macri , hizo pública su incapacidad para resolver la situación. Pidió que volvieran las fuerzas de Seguridad nacionales pero el Gobierno se las negó. Macri llamó por teléfono a la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, pero ésta no se puso. Le pidió una audiencia urgente pero tampoco obtuvo respuesta.
Viviendas gratis para los okupas
Entre tanto, la zona se convertía en un campo de batalla con sangre, pistolas, machetes y palos . La madrugada del sábado, cuando los muertos eran cuatro, el Gobierno convocó a Macri. Al día siguiente enviaba la Gendarmería y la Prefectura para que blindaran el acceso al Parque. Proponen ceder tierras del Estado y que la Municipalidad se encargue y afronte los gastos de construcción de viviendas gratis para los okupas. Macri se niega, argumenta que la Nación le debe la mitad del presupuesto y que, además, premiar la usurpación es una invitación a que se repitan situaciones como ésta.
En medio de este proceso el jefe de Gobierno de Buenos Aires, que señaló la ausencia de una política migratoria, fue acusado de racista. También de provocar esa anarquía para perjudicar a una presidenta ciega, sorda y muda sobre el conflicto . Otra versión decía exactamente lo contrario: El Gobierno intentaba hundir a Macri al no mandarle efectivos de seguridad y dejar que la gente se matara.
En este contexto, con la crisis sin resolver –l os okupas siguen dentro del parque público y los vecinos armados - se produjo el asalto de anoche al Club de Fútbol Alvariño , la primera pieza de un peligroso efecto dominó.
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