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EL CLÁSICO

Dos genios, dos estilos

La discreción de Messi contrasta con el sentido del espectáculo de Cristiano Ronaldo

enrique yunta

La discreción de Leo Messi, tan tímido como cuando llegó, choca con el sentido del espectáculo de Cristiano Ronaldo, encantado de conocerse. La batalla de los mundos en el Camp Nou, dos estilos tan diferentes que cada uno representa a la perfección lo que son Barcelona y Real Madrid . Para gustos, los colores, tan lícito decantarse por uno que por el otro. Messi es a Guardiola lo que Cristiano es a Mourinho, maneras de entender el fútbol, maneras de entender la vida.

El Clásico se empieza a jugar a partir de estos dos futbolistas, que incluso chocan en las marcas comerciales que les visten. Son los máximos exponentes de esta Liga bipolar, inaccesible para cualquier otro equipo, y asusta el arranque de ambos este curso, con frecuentes banquetes de goles cada tarde.

Doce jornadas después del preparados, listos, ya , Cristiano Ronaldo acumula 14 tantos (15 si finalmente se le concede el de Anoeta, cuando el balón tocó en Pepe y se desvió para acabar en la red) y Messi uno menos. Eso sí, el madridista ha disputado más minutos que el argentino (1.134 por 939), que tuvo que ausentarse en dos ocasiones después de que Ujfalusi encontrara su tobillo.

Messi lleva ocho clásicos desde que debutó en un partido de estos en 2005, aquella noche en la que Ronaldinho cambió la historia con los aplausos del Santiago Bernabéu. No marcó el extremo, pero en los siete compromisos posteriores ha sumado otros tantos, cuatro en el Camp Nou y tres en Chamartín.

Su mejor recuerdo, el del 10 de marzo de 2007, cuando un triplete suyo sirivió para que el Barcelona, al menos, lograra un empate en casa. A partir de ese preciso momento, se destapó como un sensacional goleador sin ser un "9" natural. Lleva 150 tantos con la camiseta azulgrana, 101 de ellos en Liga, pero su estadística refleja un dato curioso. Su efectividad se esfuma cuando se enfrenta a los equipos de José Mourinho, a quien nunca le ha marcado un gol.

¿Y qué pasa con Cristiano cuando juega contra el Barcelona? Pues tres cuartos de lo mismo. El portugués se ha enfrentado en cinco ocasiones al Barça, tres con el Manchester United y dos con el Real Madrid. Cero, ni un festejo, más bien todo lo contrario. En aquella semifinal de 2008, que confirmó el fin del voluble ciclo de Frank Rijkaard ya que al final pasaron los ingleses, Cristiano Ronaldo falló un penalti y se quedó pasmado desde ese momento.

Su último partido con el Manchester, además, fue la final de Roma de 2009, día en el que el Barça de Guardiola se instaló en el paraíso con un triplete mágico. Ronaldo, eléctrico en los primeros compases, perdió toda la fuerza con el rondo azulgrana . Vestido de blanco, pudo desnivelar el pasado curso el duelo del Camp Nou en un disparo completamente solo que salvó Valdés y en el Bernabéu nunca logró dejar a trás a Piqué o a Puyol. El azulgrana le ofusca.

Uno se queja poco, huye de los focos y no es nada estrafalario en sus acciones. El otro, adora las cámaras, gesticula de forma evidente y cuida su imagen hasta la máxima expresión Aquí Messi, aquí Cristiano. Es el otro Clásico, el Clásico de los estilos.

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