Pericos en alza

Se mira la tabla y se observa a un huésped inusual en la zona alta. Es el Español, ha tiempo perdido en zonas pantanosas. Luego, se ve cómo juega al fútbol y se entiende todo. Ya lo dijo su técnico Pochettino: «Hacemos una apuesta por el buen fútbol, raso, de toque y buen gusto».

Fue ese fútbol el que complicó al Atlético, que no vio el esférico durante un buen tramo del encuentro. Empezando por Amat y Didac, siguiendo por Márquez y Baena y acabando en Callejón, Verdú y Osvaldo, todos juegan abajo, a un toque y con una ambición pocas veces vista.

Eso y una cierta precipitación rojiblanca, pusieron en jaque a los de Sánchez Flores, que tardaron en encontrarse. El Español acabó por marcar en un penalti un tanto bobo y con eso el encuentro despertó. El Atlético se fue arriba con todo y logró cercar a su rival que aguantaba todo el empellón de los rojiblancos apoyado en una gran actuación de Kameni, que sostuvo a los suyos. Aguantó hasta casi el descanso. Dos paradones del camerunés hasta que Tiago certificó el empate.

Salió con raza el Atlético en la segunda mitad, pero en el ocho un fallo primero de Perea y luego de De Gea acabó en gol de Verdú, que volvió a poner contra las cuerdas a los rojiblancos, siempre a remolque de un equipo que supo leer muy bien el encuentro e imponer su estilo. Al Atlético le tocó volver a remar y entonces fue cuando apareció la conexión Forlán-Agüero. Pase del primero y excelente definición del Kun, que volvía a igualar un gran choque. Se dispuso el Atlético al asalto definitivo cuando su zaga volvió a errar en un centro de Luis García que empalmó Osvaldo con brillantez a la red.