30 muertos
La policía toma el control de la favela más peligrosa de Río
Vila Cruzeiro es el principal fortín del grupo criminal que atemoriza la ciudad, conocido como Comando Vermelho (Comando Rojo)

La policía de Río de Janeiro, con el apoyo de seis tanques y vehículos anfibios, se ha hecho con el control de la favela Vila Cruzeiro. Los traficantes de drogas que han huido, según ha declarado el secretario de Seguridad brasileño, José Beltrame. "Hoy en día, Vila Cruzeiro pertenece al estado", informa AFP. Las autoridades, no obstante, permanecen en alerta en el resto de la ciudad.
Las imágenes de guerra entre traficantes y policías en la ciudad más emblemática de Brasil paralizaron el país este jueves frente a los televisores. El último balance de los choques en la favela de Vila Cruzeiro arroja treinta muertos.
La ola de terror que comenzó el domingo con el ataque de traficantes a puestos policiales, asaltos en masa y el incendio de 55 vehículos, puso en las calles de la favela más peligrosa a todas las fuerzas policiales de Río, equipadas con sus mejores armas, tanques, helicópteros y vehículos blindados.
«Estoy emocionado», dijo en una transmisión en vivo de la cadena Globo el ex capitán Rodrigo Pimentel, un nuevo héroe brasileño que llevó su vida a la ficción y parecía estar viendo un sueño volverse real. «Ni en una película esas escenas serían tan bien montadas. La realidad está superando la ficción», declaró Pimentel al elogiar la acción policial. La emoción, decía Pimentel, se debía a que era la primera vez que el Batallón de Operaciones Especiales (BOPE), la Tropa de Élite de la policía de Río, estaba entrando en Vila Cruzeiro. «Ésa era una zona intocable. Hacía 8 años que el BOPE no entraba en Vila Cruzeiro», declaró, mientras veía desde los estudios de Globo tanques entrando en la favela.
Pimentel inspiró al capitán Carlos Nascimento de las películas «Tropa de Elite 1 y 2», las más taquilleras de la historia del cine nacional. «Tropa de Elite 2», aún en las pantallas, ha llevado más de diez millones de brasileños al cine y convirtió al Pimentel de la realidad y al de la ficción en fenómenos y en héroes. La historia de ambas películas cuenta la rutina de un policía del BOPE que lucha para ser ético en medio de la violencia y la corrupción que cercan el mundo de las drogas y de la propia policía de Río. Esa era la vida de Pimentel hasta que decidió abandonar el batallón en 2000 para convertirse en escritor y especialista en seguridad.
Ciudad olímpica
La reacción de Pimentel traduce un sentimiento que se vive hoy en Río de Janeiro. A pesar de tener que cambiar una vez más la rutina, las personas tienen esperanzas de que la guerra de esta semana puede ser fundamental para cambiar un escenario de décadas.
Datos difundidos por el Instituto de Seguridad Pública (ISP) de Río muestran que el número de prisioneros aumentó un 10,7% entre enero y junio, en relación al mismo período de 2009, y que hubo un incremento en el decomiso de armas de gran calibre, justamente las usadas por traficantes. La ciudad elegida para ser sede de los próximos Juegos Olímpicos también registró un descenso de un 20,4% en el número de homicidios entre 2008 y 2009.
Los cariocas están sintiendo por primera vez que esta guerra puede ser la definitiva para derrotar la violencia endémica que vive la ciudad desde hace más de cuarenta años. «Vamos a ganar esa pelea ahora», dijo el alcalde de Río, Eduardo Paes, que atribuyó esta guerra al deterioro de la seguridad pública de Río y a la falta de políticas públicas durante décadas.
«El Estado perdió en algún momento su soberanía en ciertos puntos de la ciudad», afirmó el alcalde, que contó que ya tuvo que ir a la alcaldía por trayectos más largos para evitar el tráfico. «¿Por qué el alcalde no puede pasar por una calle de su ciudad?», se preguntó Paes.
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