Factores desencadenantes
Una carta de la psicóloga alemana interceptada por la Interpol evitó un estremecedor suicidio colectivo en TenerifePoco después, «Madre Aida» quedaría en libertad

Esta es la secuencia, de manera resumida, de los hechos, tal y como los investigó la Policía Nacional.
1988:Heide escribe vía fax una carta a una compatriota suya en Alemania, en la que al parecer decía lo siguiente: «Yo, Dios y Madre de los seres vivientes, el único poder de amor para todos y todas las cosas, abandonaré el planeta Tierra el día 8 de enero de 1998 a bordo de una nave espacial que me conducirá a mi planeta real, que yo denomino Aida mi cielo». En esa misma fecha se traslada a Tenerife, aunque el grupo que lideraba viajaría a la isla poco después. Esta misiva sería el detonante de la actuación policial.
1993-1997: Los agentes estiman que durante este período los adeptos se fueron trasladando a Tenerife. Sus propiedades eran cedidas al grupo, o lo que es lo mismo, pasaban a ser controladas totalmente por Heide Fittkau. Durante estos cuatro años, los investigadores creen que esta mujer junto a dos adeptos de confianza, Ulrike Pinkwart y Wolfgang Thamm, llegaron a gestionar al menos un patrimonio de 50 millones de las antiguas pesetas.
6 de Enero de 1998:Claudia Remlinger, hija de una de las adeptas de la secta de Heide Fittkau se traslada a Tenerife desde Londres y trata de que su madre abandone la isla, ya que estaba convencida de que la líder pretendía llevar a cabo un suicidio colectivo.
8 de Enero de 1998:Los agentes de la Policía Nacional pertenecientes a la Unidad Judicial de Santa Cruz de Tenerife recibieron la orden de detener cuanto antes a la ciudadana Alemana Heide Fittkau en un domicilio de la calle Enrique de Anaga de la capital tinerfeña. La Policía alemana había informado a las autoridades españolas que esta mujer pretendía llevar a cabo un suicidio colectivo y que éste iba a tener lugar exactamente a las 20.00 horas en El Teide. Por ello, el día reseñado los agentes arrestan a Fittkau bajo los cargos de inducción al delito, intento de asesinato y asociación ilícita. En el momento de ejecutar la detención, en el piso se encontraban un total de 31 personas, entre ellas, cuatro menores de edad.
10 de Enero de 1998:El juez decreta su ingreso en prisión provisional sin fianza en la cárcel Tenerife II, acusada de un supuesto delito de apropiación indebida, así como de inducción al suicidio en grado de tentativa, junto a ella entran en la cárcel 19 personas más, vinculadas a la secta.
13 de Enero de 1998:las 19 personas detenidas junto a Fittkau son puestas en libertad sin cargos.
21 de Enero de 1998:El titular del juzgado número 9 de Santa Cruz de Tenerife le concede la libertad bajo fianza, aunque le advierte que no puede abandonar el país y que debe presentarse los días 1 y 15 de cada mes en dependencias judiciales. La imputada pudo hacer frente a la fianza después de que su finca de Arafo, dos domicilios de Santa Cruz a su nombre y una cuenta corriente de 20 millones de pesetas fueran embargadas.
23 de Enero de 1998: La Policía Nacional impide por orden judicial que Heide Fittkau abandone la isla en un avión que se dirigía a Madrid. Su abogado declaró a los efectivos de la policía judicial que su defendida tan sólo pretendía acudir a varias televisiones a las que había sido invitada.
24 de Enero de 1998:El juez autoriza el levantamiento del secreto de Sumario. Ese mismo día, Heide Fittkau decide escribir y publicar una carta en la que asegura haber sido tratada como una delincuente, mientras explica que todo se debe a un complot urdido por las hijas de Margot Remlinger.
27 de Enero de 1998: El juez ordena la devolución a Fittkau de su pasaporte, así como de la mayor parte de sus propiedades embargadas. Mantiene, no obstante, la orden de presentarse los días 1 y 15 de cada mes.
Finalmente, nunca se celebró juicio contra ella, ya que las pruebas recabadas no fueron suficientes para sustentar una acusación como aquella. De hecho, nunca se encontró veneno u otra sustancia similar capaz de acabar con la vida de todo el grupo.
Casos de suicidios colectivos ya habían tenido lugar con anterioridad. La Orden del Templo Solar dejó un centenar de cadáveres en Francia, Suiza y Canadá en 1994. El mismo año, la secta Puerta del Cielo, arrojó un balance de 39 muertos, todos envenenados, en Estados Unidos también en 1994. El caso del Templo del Pueblo constituyó el ejemplo más trágico con casi mil muertos en Guyana en 1978.
Expertos en sectas han intentado dilucidar los mecanismos que intervienen en los grupos sectarios apocalípticos para prevenir sucesos de este tipo. Así, el estudioso Jorge Erdely ha propuesto tres factores que, en caso de que tuvieran lugar, crearían el clima apropiado para un suicidio ritual: un liderazgo mesiánico, una colectividad de personas dispuestas a seguir a ese líder incondicionalmente, y por último, un evento desencadenante. En el caso de la secta de Fittkau, el acontecimiento
desencadenante pudo ser la decisión de subir al Teide para esperar el fin del mundo.
CRONOLOGÍA DE LA DESCOMPOSICIÓN DE LA SECTA
La noche del 7 de enero de 1998, el Cuerpo Nacional de Policía irrumpió en el número 23 de la calle Enrique Anaga, en Santa Cruz de Tenerife. La escena que se encontraron los agentes fue impactante. Según relatarían los propios protagonistas, en el salón de aquella casa se encontraba un grupo de personas ataviadas con largas túnicas y con los pies descalzos. Todos colaboraban en la preparación de comida vegetariana en grandes cacerolas, mientras escuchaban una suave música New Age.
El grupo, liderado por la psicóloga Heide Fittkau, parecía estar preparando su «última cena». Todo estaba listo para «abandonar el planeta» al día siguiente, así lo habían planeado y los agentes de las brigadas de Información lo sabían, al menos era lo que se deducía tras el análisis de una de las cartas que Fittkau envió a una compatriota. El lugar elegido eran Las Cañadas de El Teide, y la fecha, el 8 de enero de 1998, a las 20.00 horas.
Todos los congregados en aquella vivienda fueron arrestados y puestos a disposición judicial, entre ellos se encontraron 4 menores de edad. La supuesta líder fue ingresada en la prisión de Tenerife II, mientras trataban de aclarar lo sucedido. Ella siempre defendió su inocencia y a medida que transcurrían los acontecimientos, insistía en que todo era parte de un complot contra ella llevado a cabo por sus enemigos.
En libertad sin cargos
Poco después, la psicóloga quedaría en libertad sin cargos, al no poder demostrar que pretendía llevar a cabo un suicidio colectivo. La policía recibió numerosas críticas por ello. Todos ellas iban en la misma dirección. Los agentes se habían precipitado y satanizado sin motivo a un grupo de personas por el mero hecho de creer en algo distinto a lo convencional.
Sin embargo, el contenido de la carta que envió esta mujer años atrás no deja apenas lugar a dudas y ahora, más de 10 años después, todo parece indicar que la actuación policial fue impecable.
En el documento que Heide remitió en 1988 vía fax a una compatriota suya en Alemania, decía lo siguiente: «Yo, Dios y Madre de los seres vivientes, el único poder de amor para todos y todas las cosas, abandonaré el planeta Tierra el día 8 de enero de 1998 a bordo de una nave espacial que me conducirá a mi planeta real, que yo denomino Aida mi cielo». La misiva indicaba claramente sus intenciones, y la fecha en la que había sido enviada, una década antes, expresaba hasta que punto había calculado sus movimientos. Ese mismo año se traslada a Tenerife, aunque el grupo que lideraba viajaría a la Isla poco después. Debido los últimos acontecimientos que habían tenido lugar en Suiza, Francia y Canadá con los suicidios colectivos de cerca de un centenar de adeptos pertenecientes a la Orden del Templo Solar (en algunos casos se trató de homicidios), así como la inminencia del cambio de milenio, los servicios de información de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado estaban en máxima alerta.
Contactos con la Interpol
Por ello, en 1998, cuando la Interpol recibió desde Alemania la comunicación de la hija de Margot Remlinger, una de las seguidoras de Heide Fittkau, relativa a un intento de suicidio por parte del grupo, todas las alarmas se encendieron. De inmediato, la policía alemana recordó la carta de 1988 y puso todo en conocimiento de las autoridades españolas.
Un día antes de llevar a cabo el supuesto suicidio colectivo, Fittkau fue detenida junto a su grupo tras una rápida operación policial. La psicóloga pasó a disposición judicial e imputada de los delitos de inducción al suicidio y asociación ilícita. Sin embargo, los investigadores fueron incapaces de encontrar ninguna sustancia que fuera capaz de acabar con la vida de aquellas personas. Ni siquiera en la comida que preparaban cuando fueron sorprendidos.
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