Rubalcaba, satisfecho con las explicaciones de Marruecos sobre el Sahara
Elude una condena expresa de los hechos ocurridos en El Aaiún
Pese a que Marruecos no ha aclarado aún la muerte del español Baby Hamday y sigue prohibiendo la entrada de periodistas de nuestro país a El Aaiún, el Gobierno de Rodríguez Zapatero, al menos de momento, da por buena la versión que de los hechos le ha ofrecido el Ejecutivo de Mohamed VI. Más aún, al vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no le importó calificar de «detallado y minucioso» el relato que le expuso su homólogo marroquí, Taieb Cherkaoui. Marruecos, dijo, «refuta las acusaciones graves que se han venido diciendo». Y hasta cuatro veces, el «número dos» del Gobierno se negó a condenar la actitud de Rabat y se limitó, sin matiz alguno, a recordar la «rotunda» declaración de la ministra de Exteriores.
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A Rubalcaba se le notaba ayer que estaba en un territorio incómodo, aunque no dudó en comenzar la rueda de prensa destacando que «España y Marruecos son dos países amigos que hablan con claridad y sinceridad». Su comparecencia ante los medios de comunicación se produjo horas después de mantener una reunión con Taieb Cherkaoui. Fue una convocatoria de última hora, a rebufo, y que se conoció, tras saberse que Cherkaoui había citado a los periodistas en la residencia del embajador marroquí.
Compromiso de investigar
De su entrevista con Cherkaoui, dijo que le había «expresado la preocupación grave del Gobierno español ante unas acusaciones también graves y él me ha hecho un relato de los hechos que refuta ese tipo de denuncias y le he pedido y he obtenido el compromiso del Gobierno marroquí de investigar cualquier dato, cualquier nombre o cualquier preocupación que el Gobierno español tenga en relación con lo sucedido estos días en El Aaiún». El Gobierno ha recibido una versión detallada y minuciosa y un compromiso de investigar». Pese a que una decena de periodistas españoles han sido expulsados del Sahara, Rubalcaba aseguró que este asunto no había estado en la agenda de la reunión con Cherkauoi. Tampoco el ministro le preguntó a su colega marroquí por la retirada de la acreditación de prensa al corresponsal de ABC en Rabat.
También fue concurrida la rueda de prensa con Cherkaoui, quien aludió a los terroristas de Al Qaida para justificar la actuación de su país en El Aaiún. No realizó una comparación directa, pero, antes de presentar el vídeo que su Gobierno ha hecho de los acontecimientos de las últimas semanas, (donde se muestra a saharauis que vejan y maltratan a las fuerzas de seguridad marroquíes), afirmó que «esos actos nos recuerdan los crímenes perpetrados por Al Qaida en el Sahel y en otras regiones».
El dirigente marroquí explicó que el campamento de Gdeim Izik «estaba tomado por milicias armadas, grupos de contrabandistas, personas con antecedentes penales, en busca y captura y oportunistas que querían ejecutar una agenda política», en clara referencia al Polisario, aunque sin citarlo. Según el ministro, en las negociaciones con representantes de los acampados se había llegado a un acuerdo para dar satisfacción a la mayoría de sus demandas sobre vivienda, trabajo y seguridad social, pero fue imposible materializarlo, debido a la oposición de los citados grupos, que «tenían secuestrados a ciudadanos inocentes».
«Murió atropellado»
Ante esa situación, el Gobierno de Marruecos —indicó Cherkaoui— se vio obligado a intervenir, «para proteger quienes querían abandonar el campamento». Insistió en que las fuerzas de seguridad actuaron de manera «pacífica», no llevaban armas y fueron atacadas con piedras y armas blancas por los grupos violentos, lo que provocó diez muertos entre los agentes, mientras, que no hubo ninguna víctima mortal entre los civiles acampados. La muerte del español Baby Hamday Buyema, ocurrió en El Aaiún y se debió, según Cherkaoui, a un atropello. Agregó que un total de 106 personas de las citadas milicias fuera arrestadas. De ellas, 33 tenían antecedentes penales. «No hubo —reiteró— ni genocidio ni crímenes contra la humanidad».
Al tiempo que aseguró que Marruecos es «un país democrático que respeta los Derechos Humanos», justificó su decisión de impedir el acceso a la prensa española a El Aaiún en que no está dispuesto a aceptar a unos periodistas «que querían viajar allí con una serie de prejuicios y premisas y que defendían las posturas de los separatistas». Cherkaoui, que levantó la rueda de prensa, tras una breve ronda de preguntas, no contestó si pensaban en devolver la acreditación al corresponsal de ABC, Luis de Vega.
La seguridad
Fuentes gubernamentales consultadas por ABC reconocen que su postura con los sucesos de El Aaiún aparece ante la opinión pública «excesivamente tibia», pero lo justifican porque está en juego la seguridad de España para los próximos años. Siempre según esa tesis, el viraje diplomático a favor de un Sahara Occidental bajo soberanía marroquí, que apoyan tanto la potencia colonial española como Francia y Estados Unidos, tiene que ver con el creciente temor a que ese vasto territorio independizado derive con los años en un «estado fallido» y caiga en manos de Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI), autor del reciente secuestro de los tres cooperantes españoles.
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