Turquía se rinde al encanto de Iverson

Allen Iverson ya está en Estambul. Llegó la noche del lunes a la capital turca y lo hizo al más puro estilo NBA : gorra roja de Philadelphia ligeramente ladeada, camiseta de su nuevo equipo con el 4 a la espalda y grandes auriculares alrededor del cuello. A estas alturas va a ser imposible que alguien cambie un ápice el estilo inconfundible de «The Answer».

Aclamado por centenares de aficionados del Besiktas, Iverson prometió mostrar en la cancha «algo que nunca se ha visto aquí antes». Una promesa que debería durar dos temporadas (que son las que ha firmado a razón de 3 millones de euros por año), aunque tratándose del díscolo jugador eso es algo que nunca se sabrá a ciencia cierta. De hecho, Iverson está convencido de que aún puede dar grandes noches en la NBA, por lo que ha enfocado este primer año en las filas del Besiktas como una manera de llamar la atención de las franquicias americanas de cara al próximo año.

«Cuanto más entusiasmados estén los aficionados, más lo estaré yo. Lo más importante para mí es sentirme aceptado, querido, deseado. Ha sido una gran sensación verles ahí fuera dándome su apoyo. Obviamente me habrán visto jugar en la NBA, pero ahora podrán verme en persona », reconoció en sus primeras declaraciones el nuevo base del besiktas, que se mantiene lejos de la cabeza de la liga turca con dos triunfos y dos derrotas.

Se espera que Iverson pueda debutar con su nuevo equipo el próximo sábado ante el Oyak Renault. «La gente tiene que venir a animarnos. Antes de que me vaya de aquí, hablaré bastante turco», apuntó el jugador a su llegada, mientras los fans le pedían que trajera a casa un título de liga que el Besiktas no gana desde 1975.