Segunda lectura
Lectura obligada
El libro colectivo de Fedea, «La crisis de la economía española. Análisis económico de la gran recesión», puede parecer antiguo porque es la versión editada de unas conferencias que tuvieron lugar a principios de 2009. Debería ser lectura obligada para todo aquél que aspire a entender las causas de lo que está pasando en España. Una cita, «la mayoría de las políticas económicas que la clase dirigente española va aceptando de forma lenta y dolorosa como necesarias se concibieron como tal en ensayos elaborados hace un par de años». Así sucede con que la crisis ya era evidente en el verano de 2008; con que no es importada sino propia, con que las políticas de estímulo fiscal de los años 2008 y 2009 contribuyeron a profundizar la crisis; con que el insostenible crecimiento del déficit y de la deuda pública iba a provocar problemas de financiación; con que la espectacular recesión de la construcción crearía daños irreparables; con que las instituciones del mercado de trabajo español y su funcionamiento dificultan la adopción de nuevas tecnologías y lastran la productividad; con que solo un contrato único puede disminuir la volatilidad del empleo; con que la peculiar estructura de gobierno de las cajas de ahorros iba a crear problemas sistémicos. Ideas todas ellas antipatrióticas hace apenas un año y que hoy son política oficial. La clave está en preguntar qué ideas son hoy todavía inaceptables para adivinar la política económica del futuro inmediato. Me atrevo a sugerir dos, que no están en el libro, la racionalización del Estado de las Autonomías y la privatización de la gestión de servicios sociales como sanidad, educación o bienestar.
Liquidez
Vuelven las tensiones a los mercados financieros. Los diferenciales de la deuda española superan otra vez los 200 puntos básicos. Vuelven las excusas: los problemas de Irlanda, la dudas de las autoridades europeas sobre los mecanismos de disciplina fiscal, el comportamiento del BCE que avala la apreciación del euro y lastra el necesario crecimiento. Todas ellas son verdad, pero forman parte de un contexto externo que no va a cambiar sustancialmente en los próximos años. La cuestión relevante es qué puede hacer España para responder a esa severa restricción de liquidez que bien puede convertirse en estructural. Y cómo evitar que afecte y contagie a todo un sistema financiero con compromisos externos en 2011 y 2012 estimados en vencimientos de más de 100.000 millones de euros cada año. La dinámica de crecimiento de los beneficios no ayuda a resolver el problema. Las propias entidades estiman que caerán del orden del 15% este año y en cifras similares el que viene. La única actitud posible es acelerar el proceso de consolidación y recapitalización del sector financiero: reducir la capacidad instalada, cerrar entidades, vender activos, atraer capital privado. Como el déficit de comunidades autónomas, la restructuración de las cajas se ha convertido en un problema endógeno. Sin pasos decididos en ambos no se reducirá el diferencial y sin que se reduzca éste, el coste económico y social de la recesión será mayor.«QA0»
Enfriamento español
El clima de los negocios se ha vuelto a deteriorar en España. Ni excluyendo los aspectos relacionados con el mercado de trabajo —empleabilidad, salarios, flexibilidad— como ha hecho inexplicablemente este año el Banco Mundial en su Informe anual conseguimos mejorar posiciones. Ocupamos el lugar 49 cuando la media de los países de nuestro entorno, OCDE alta renta en su terminología, estaría en el 30. Hay quien encontrará consuelo en que este año solo hemos perdido un puesto frente a 11 el pasado. Quedamos particularmente mal en temas como la protección de los derechos de los inversores, los costes económicos, administrativos y regulatorios para abrir un negocio y en los aspectos fiscales -presión fiscal sobre las empresas y tiempo dedicado al cumplimiento normativo. Nada nuevo, pero no por ello menos preocupante. Interesante ver quien se mueve, los diez países que más han mejorado. Hay países conocidos, Perú, Vietnam, Hungría y otros que gran parte de nuestras empresas nunca han considerado, como dos en Asia Central y tres africanos. Hay vida más allá de los BRIC. Y más vale que nos enteremos pronto porque la globalización es imparable y la recuperación del crecimiento solo puede venir de la mano de las exportaciones.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete