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Los efectos negativos del cambio de hora son «más psicológicos que orgánicos»

Se acusa más la variación otoñal que la de primavera, porque ahora disminuyen las horas de luz, lo que favorece la secreción de melatonina, que, a su vez, ayuda a conciliar el sueño

Los efectos negativos del cambio de hora son «más psicológicos que orgánicos»

El cambio de hora al que acabamos de ajustarnos de cara a la inminente llegada del invierno puede afectar al sistema nervioso central y provocar alteraciones del sueño, tales como el insomnio o el cansancio por las mañanas, así como estados de irritabilidad o depresión.

Así lo explica José Manuel Sánchez Torres, médico de familia del Hospital Sagrado Corazón de Sevilla. El verdadero motivo de este cambio de hora es el ahorro energético que se consigue al hacer coincidir las horas de sol con los momentos de mayor actividad. Según los expertos, los que más sufren este cambio son los ancianos y los niños, aunque afortunadamente se trata de síntomas leves y pasajeros a los que el cuerpo humano termina por adaptarse sin mayores consecuencias.

Este cambio estacional y de horario es para algunos más llevadero que el que realizamos en primavera, ya que en esta ocasión el reloj se atrasa "y dormimos una hora más". Lo peor, "que los días son más cortos". En efecto, siete de cada 10 españoles reconocen sentirse más tristes con la llegada del invierno.

Efectos psicológicos

Los efectos negativos del cambio estacional de hora sobre los humanos son muchas veces "más psicológicos que orgánicos", según Ricardo Martínez, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto Cajal, quien recuerda, en cualquier caso, que los trastornos causados por las variaciones horarias de tipo estacional son "leves y pasajeros".

Ante el cambio de hora de este fin de semana, Martínez explicó a Servimedia que los cambios de hora de otoño y primavera no provocan grandes problemas en el ser humano, ya que su organismo "se adapta rápidamente" a los pequeños "desajustes" que supone la variación de tiempo de luz en su cerebro. Para Martínez, "rápidamente" significa en este caso un tiempo inferior a una semana, periodo más que suficiente, a su entender, para que las personas que hayan sufrido algún trastorno por la variación horaria recuperen su ritmo habitual de vida.

El investigador insistió en el hecho de que los cambios estacionales de hora no tienen por qué afectar a todo el mundo. Según dijo, suelen acusarlos más las personas mayores y los niños y "en muchos individuos", los trastornos son "más psicológicos que orgánicos". A juicio de este investigador del CSIC, en general es más llevadero el cambio horario de otoño que el de primavera, porque en el primero disminuyen las horas de luz, lo que favorece la secreción de melatonina, que, a su vez, ayuda a conciliar el sueño.

Martínez concluyó, por tanto, que los cambios horarios de estación "afectan poco (al hombre) y en poco tiempo se pasan", lo que no ocurre siempre con las variaciones de hora provocadas por el viaje a otro continente, que generalmente ocasionan problemas "más agresivos" y duraderos en el ser humano.

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