Lillo le hace un lío al Atlético

Diego Alves, Kalu Uche y nueve jugadores pendientes de defender y a ver si pillan un balón y se lo lanzan al nigeriano. Eso fue el Almería este domingo en el Vicente Calderón. Los andaluces han olvidado parte de la alegría, el descaro, las frescura que les imprimió el año pasado Juanma Lillo cuando se hizo cargo del equipo, lo sacó de los puestos de descenso y lo convirtió en una referencia de buen juego, dentro de sus posibilidades. Pero saben a qué juegan y cuál es su liga. El técnico vasco tejió una tela de araña en el centro del campo y la defensa, zona en la que llegó a acumular a nueve jugadores en taréas defensivas en algún momento del partido, y el Atlético se enredó en ella.

Los de Quique Sánchez Flores cumplieron el guión en la primera mitad, pero en un peligroso movimiento de más a menos que muy malos presagios trae para el partido del domingo ante el eterno rival, el Real Madrid. Seria la defensa, con un buen Filipe Luis y un Ujfalusi que sigue siendo un referente en esa banda derecha que se recorre incansable.

Bien el centro del campo, con un espectacular Reyes, que parecía estar jugando con un gemelo porque estaba en todo sitios a la vez hasta que fue sustituido en el descanso por un problema físico. Y nada que objetar a los dos dinamiteros de la punta, que volvían a jugar juntos. Forlán porfió y lo intentó. Es cuestión de tiempo que ajuste la mirilla y empiecen a caer los goles . Y el «Kun», como casi siempre que está en forma, incisivo, desconcertante y resolutivo.

Pero de esto el tal Lillo sabe un poco, y no se arrugó cuando Agüero adelantó a los de casa. Al contrario. Ahí empezó de verdad su juego: acumulación de hombres para robar el balón en el centro del campo y balónes rápidos hacia arriba. Uche avisó dos veces, una de ellas con tiro al palo. La tercera fue la vencida y Piatti empató en el minuto 45.

La segunda parte fue un calvario para el Atlético, que veía cómo el enredo de Lillo le apretaba cada vez más y no terminaba de concretar nada, muy por debajo de lo ofrecido en la primera. Y en dos llegadas claras que tuvo, apareció Alves para lucirse, como en otro par de tiros en los 45 minutos iniciales. El Almería tomó el mando ante el atasco atlético, pero esta vez no funcionó el contragolpe.