PRIMERA INTERVENCIÓN EN EL SÍNODO
Benedicto XVI condena «el terrorismo religioso»
CORRESPONSAL EN ROMA
La primera intervención de Benedicto XVI en el Sínodo de Oriente Medio, que ayer comenzó las reuniones de trabajo, fue una poderosa condena de «los falsos dioses» de nuestro tiempo, entre los que destacó el terrorismo religioso, el capitalismo anónimo, la droga y la vida sin valores morales. El Papa invitó a desenmascarar esas «falsas divinidades», especialmente los capitales anónimos y las ideologías terroristas.
Las reflexiones en voz alta al margen de su discurso escrito, tomaban pie de las tribulaciones de los primeros cristianos, que transformaron el mundo con su sangre. El sufrimiento y el martirio llegan hasta nuestros días en que «los capitales anónimos que esclavizan al hombre no son ya humanos sino un poder anónimo al que los hombres sirven, y a manos del cual son incluso destrozados».
Entre los «poderes destructivos que amenazan el mundo», el Papa incluyó «el poder de las ideologías terroristas. Se hace violencia aparentemente en nombre de Dios, pero no es Dios: son falsas divinidades que hay que desenmascarar». A la explotación económica y la violencia terrorista, Benedicto XVI añadió «la droga, ese poder que, como una bestia voraz extiende sus garras por todas las partes de la tierra».
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