Feliz año «fashion»
En la moda, septiembre es enero. Hoy ya sabemos qué estará «in» el verano de 2011 y, sobre todo, qué desterraremos del armario

Después de un intenso mes de moda, que comenzó en Nueva York y que continuó con las fashion weeks de Londres, Madrid, Milán y París, ya podemos tomar la temperatura al mundo fashionista , tan necesitado de ideas... y de ventas.
LE DIVORCE. Así llaman los franceses al más reciente cambio de dirección: Jean Paul Gaultier abandona Hermès, tras siete años de relación, y cierra el calendario de desfiles de París con su último show para la casa. La colección homenajea la tradición de Hermès en el trabajo del cuero, y presenta a una mujer delicada, sexy y fetichista. «Chic ecuestre». El francés será sustituido por Christophe Lemaire (Lacoste) y se centrará en la firma que lleva su nombre.
EL MINIMALISMO HA MUERTO. Desde Prada a Lanvin, pasando por Missoni, Christopher Kane, Juanjo Oliva o Dior: la tendencia bicolor es la reina sobre las pasarelas. Verdes, amarillos, naranjas y rosas serán los protagonistas de nuestro armario el verano que viene. Para estar a la última, se apuesta por los estampados selváticos: el print de monos y bananas de Prada es carne de clon lowcost , como lo han sido este año las golondrinas de Miu Miu.
El punk-chic se mantiene en Balenciaga y Balmain, y asistimos a una nueva tendencia: vuelven los 70. Desde Marc Jacobs, casi todos los diseñadores han hecho guiños al retro.
LAS «ANTIMUSAS» SON LO MÁS. Algo ha pasado esta temporada en los casting de modelos. Las sílfides rusas han tenido que hacer hueco a mujeres con presencia: desde la cantante XXL de The Gossip, Beth Ditto, que desfiló para Gaultier, hasta Anna Dello Russo, directora de «Vogue Nippon», encantada en el show de Ungaro. Chanel recuperó a dos musas, Inès de la Fressange (de 53 años) y Stella Tenant, que también desfiló en Londres para Giles. Allí coincidió con la más veterana, Verushka. Cavalli tiró de las top de los 00's (Laetitia Casta entre ellas), y la «gordita» más demandada, Crystal Renn, se subió a la pasarela de Zac Posen en Nueva York. Eso sí, algo menos voluptuosa. La más macarra de las it girls , Alice Dellal, desfiló en top-less para Pam Hogg.
Y QUE CUMPLAN MUCHOS MÁS. Mientras Naomi Campbell celebraba sus 25 años en la moda con Dolce&Gabbana, otro italiano, Roberto Cavalli, ofrecía una impresionante fiesta en su 40 cumpleaños como diseñador. «Vogue Paris» montó el fiestón del año al cumplir 90: un baile de máscaras que nadie quiso perderse, desde Carlota Casiraghi a Dita von Teese. También Madrid tuvo fashion-party : VF trajo a Mario Testino y Natalia Vodianova a la inauguración de la exposición del fotógrafo en el Thyssen.
EN BUSCA DEL «¡OOHHHH!». La crisis ha cambiado las cosas. Las clientas buscan piezas especiales en lugar de básicos. Los jefes de compras de las tiendas de alta gama han estado ojo avizor a los looks » impactantes. «Las mujeres buscan algo inspirador, más que una reacción emocional», dice Colleen Sherin, de Saks Fifth Avenue. «Incluso en momentos económicamente desafiantes, las clientas buscan tendencia. Quieren moda. Y siguen reaccionando», añade Ken Downing, de Neiman Marcus.
El optimismo está en el aire también para las firmas francesas. Las clientas de Europa, Rusia y Asia reabren sus carteras: «Para el lujo, la crisis ya ha pasado», explica Thierry Andretta, jefe ejecutivo de Lanvin. «La gente está comprando de nuevo», corrobora Sidney Toledano, de Dior.
LOS MEJORES ESTRENOS. Cuando un director creativo abandona una firma, la sucesión no suele ser sencilla. En esta ocasión, hemos asistido a tres herencias impecables. Giles Deacon ha devuelto a Ungaro a un terreno más sólido, tras cinco años, seis diseñadores, y la estrepitosa colaboración de Lindsay Lohan.
También Diane von Furstenberg ha dado en el clavo con Yvan Mispelaere (que trabajó en Gucci y Chloé). Pese al escepticismo de la crítica, el resultado fue un éxito: estampados étnicos y juegos ópticos fieles al espíritu de la diseñadora.
Sin duda el más esperado era el bautismo de Sarah Burton al frente de McQueen. La que fuera mano derecha del desaparecido diseñador, emocionó a la crítica con un desfile 100 por cien McQueen, al que añadió un toque personal, menos dramático, «sin angustia», pero con el mismo espíritu.
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