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LIGA BBVA

Manzano deja mudo al Atlético

El Sevilla arrolla a un rival débil, atado a un 4-5-1 sin ataque; Diego Costa dirigió el cambio

Manzano ganó en el campo la guerra dialéctica que Quique le declaró. El Atlético estuvo desastroso hasta que Diego Costa entró en el once. Aburguesado, sin sangre, sin un futbolista que arriesgara un regate hasta que el brasileño saltó al césped, el equipo madrileño confirmó una crisis que el técnico debe remediar con más medidas. Sánchez Flores exige siempre espíritu de lucha y esa máxima la han perdido muchos profesionales que hace mes y medio se proclamaban campeones de la Supercopa de Europa. Hoy, aquella ilusión se ha convertido en preocupación. El entrenador ha revolucionado dos veces el once y no ha visto soluciones. Ayer ensayó un 4-5-1 y falló. El problema no es solamente la ausencia de Agüero.

Frente al Bayer Leverkusen sentó a Forlán y a Raúl García, y sus hombres reaccionaron hasta salvar un punto en competición europea. Pero en Sevilla han vuelto a mostrar la misma debilidad. Falta el carácter ganador que llevó a este club a levantar dos copas internacionales en cuatro meses. Su máximo responsable tuvo que actuar de nuevo en el descanso. Quitó a Antonio López y a Suárez, y dio sitio a Filipe Luis y a Costa. El joven delantero dirigió la mejoría. Pero era demasiado tarde. El Sevilla revolucionario de Gregorio Manzano arrolló a los visitantes en un primer acto de acoso y derribo. El club hispalense ha traspasado la crisis al rojiblanco.

Un arbitraje nefasto

El responsable del cuadro andaluz dejó en la reserva a Zokora, Escudé y Luis Fabiano para confiar en Alexis, Romaric y en la dupla ofensiva Negredo-Kanouté. Acertó. Dirigidos por Perotti, el mejor, los locales desarbolaron a una defensa visitante perdida.

El argentino dio el pase de oro que Negredo transformó en un golazo para después apuntarse el segundo tanto. Kanouté firmó el tercero antes de que Diego Costa tomara el timón.

El brasileño redujo distancias y creó dos jugadas que habrían complicado la vida al Sevilla si Estrada no hubiera realizado un arbitraje tan malo. Señaló un fuera de juego a Forlán, solo ante Palop, que no era. Y no castigó un penalti de Cáceres sobre el propio Costa. El central le agredió. Ambos debieron haber sido expulsados antes, en su duelo particular. El Atlético también debe expulsar su carencia de ideas. Y Quique tiene que encontrar por fin una alineación.

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