¿Esto es arte? Sí, está en un museo
Hans-Peter Feldmann reflexiona sobre los objetos y su significado en el Reina Sofía
«Inauguramos la temporada con una exposición de arte, ya que estamos en un museo de arte». Estas palabras de Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, sobre la muestra del artista alemán Hans-Peter Feldmann, tienen varias lecturas posibles. Una: podría ser un aviso no a navegantes sino a algún colega y vecino que muestra fotografía de moda en sus salas. No siendo tan mal pensados, podría referirse al no-título de la exposición de Feldmann: «Una exposición de arte». Así de obvio. Como el no-título del catálogo de la muestra: «Otro libro». Siguiendo el juego, cabría describir a Feldmann como «otro artista». Nada más lejos de la realidad: no es nada convencional y su obra mucho menos. Capaz de responder en una entrevista solo con imágenes, no suele titular, ni numerar, ni fechar sus obras. Dice que uno apenas tiene cinco minutos interesantes al día. Muchos parecen. Pues a él los que le interesan son todos los demás.
Paseando por la tercera planta del Reina Sofía nos topamos con la cotidianidad más radical: una bicicleta, macetas, una escalera, unas gafas, una linterna, una bombilla... Objetos que desde niño ha coleccionado compulsivamente y que se convierten en arte por el mero hecho de estar en un museo. ¿O no? Una cartela nos advierte que «el arte tiene derecho a ser malo». Es discutible. Tanto Borja-Villel como la comisaria de la exposición, Helena Tatay, subrayan que, mediante la conciencia crítica y la ironía, Feldmann indaga en cómo cargamos los objetos de contenido y significado. Le interesa lo que los objetos son y lo que significan para nosotros. Busca que sea el espectador el que le confiera a esos objetos su significado. Una periodista le pregunta al artista: ¿Qué puede decirnos de esa bicicleta? «Tiene que despertar algo en sus recuerdos», le responde Feldmann con unas de las escasas palabras que pronunció. No en vano en su obra predomina el silencio. También a partir de esos objetos cotidianos hace una crítica bastante ácida de esta sociedad que no cesa de producir imágenes y comercializarlas. En la exposición están presentes algunas de sus series más conocidas, como «Cien años» (fotografía a 101 personas cercanas, de entre ocho semanas y cien años), «Todos los vestidos de una mujer» (70 piezas de ropa femenina), «9/12» (portadas de 150 periódicos de todo el mundo el día después del 11-S, entre ellas la de ABC) o «Shadow Play», su última instalación.
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