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Shibuya, el poder de la calle

Damien Larue, cazador de tendencias, nos ha guiado por este singular espacio en el último salón Prêt-à-Porter de París

I. GUTIÉRREZ

Es muy posible que quien se pasee por las calles de Shibuya, el barrio más trendy de Tokio, lleve al límite su capacidad de asombro. Más allá de sus gigantescos centros comerciales o del célebre Scramble Kousaten (el cruce más abarrotado del planeta), lo que resulta fascinante es el habitual tránsito de los jóvenes kogal, una legión de adolescentes que cuidan y cultivan su imagen como si les fuera la vida en ello: del sombrero al tacón, nada es casual. ¿Qué les distingue, pues, de otros fashionistasobsesivos? A los chicos y chicas de Shibuya no les esclavizan el dictado de los estilistas del momento ni el poder de una gran marca, ni siquiera las tendencias que se asoman a las páginas de moda más influyentes; en su caso se trata de ser maleables, creativos y tremendamente originales. Y eso sólo se consigue al pie de la calle.

Energía creativa

Damien Larue, buscador de nuevas tendencias y en la actualidad uno de los pilares del Salón Prêt-à-Porter de París (que ha tenido lugar esta semana), ha tomado el nombre y el espíritu de Shibuya para arropar en dicho salón la presencia de las marcas de street-fashion más punteras del momento. Un espacio creador e inspirador. «El barrio de Shibuya está repleto de influencias múltiples y esa misma energía creativa es la que queremos traer a París, a este universo de moda urbana que lleva el nombre de ese rincón de Tokio –explica Larue–. El espíritu artyque lo domina, la personalización de la vestimenta, el eclecticismo, las corrientes del momento...».

¿El objetivo? Buscar colecciones atípicas y descubrir nuevos talentos. «Lo nuestro no es seguir las tendencias de pasarela, sino anticiparnos a ellas», cuenta el director de Shibuya. «La street-fashionbusca las influencias culturales y artísticas más actuales para materializarlas cada temporada. La observación de la calle provoca la implantación de una estética rebelde y sin verdaderas referencias a las marcas».

En los últimos tiempos, según Damien Larue, Japón y los países del norte de Europa son una mina para quienes buscan otra mirada. «Bibi Chemnitz y Hot Friture, de Dinamarca; Filles à Papa, de Bélgica; Hiroki Nakamura y Visvim, de Japón... Apuestan por la calidad y la autenticidad. Están devolviendo la confección artesanal y el espíritu urbano al lugar que le corresponde dentro del prêt-à-porter».

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