Zapatero protagoniza Rodiezmo con su ausencia y su silencio
Guerra defiende a su jefe y llama a Rajoy «indolente, perezoso, haragán y holgazán»
RODIEZMO (LEÓN)
«Habría querido que hubiera venido Zapatero a enfrentarse con la ciudadanía, y lo hubiera hecho para decir cosas buenas y ninguna de las mentiras de otros años». Esta fue la reflexión que emitió ayer el alcalde pedáneo de Rodiezmo, Lucinio Castañón, sobre la XXXI Fiesta Minera Asturleonesa, una cita «flojilla» y con la mitad de afluencia que en anteriores ocasiones, que dejó con un mal sabor de boca a los presentes por la ausencia del orador más esperado, aquel que se sentaba junto a ellos cuando sólo era un simpatizante más del PSOE y que ahora acumula una larga lista de asignaturas pendientes sobre las que «tendría que haber dado la cara».
En la campa de Rodiezmo se respiraba este año un ambiente caldeado cargado de impotencia por la rabia que inspiraba entre los presentes escuchar a Candido Méndez una llamada a la huelga contra la reforma laboral propuesta por el Ejecutivo, o al resto de representantes sindicales lamentar un cambio en sus políticas sociales. Todo ello cuando les invadía una inevitable preocupación ante el riesgo del sector minero. Unas inquietudes que se mezclaban con la consternación de asumir que este año ninguna de ellas tendría respuesta de Zapatero, de quien deseaban que cumpliera promesas electorales que «tras tres años no vemos», sentenció Castañón.
A pie de escenario miles de sindicalistas y mineros escuchaban las intervenciones de los protagonistas de un acto político, que alguno recordaba haber presenciado junto al presidente del Gobierno, que desde 2004 había subido al escenario para comenzar el curso político tras el receso estival, con un discurso que se repetía cita tras cita y en el que la subida de las pensiones era el principal protagonista. «Pero claro, ¿qué iba a explicar este año?», se preguntaban algunos.
El descontento que se mezclaba en ocasiones con la comprensión de los presentes se trasladó también al exterior del recinto donde decenas de mineros de la
Hullera Vasco-Leonesa protestaban frustrados a las puertas del encuentro al que no les dejaron acceder, al considerar desde la organización que no era el lugar más apropiado en el que manifestarse. En la lejanía, su mensaje quedó aún así claro con una pancarta en la reclamaban «ZP ¿Qué pasa con el carbón?».
Méndez, contra el Gobierno
Y en el escenario un mensaje sindical al unísono con la lucha por la ayudas al carbón y la convocatoria a la huelga general y con la intención de que la ausencia de Zapatero no desviara la atención de carácter reivindicativo de la cita, por que en ella «estamos los que tenemos que estar, ni uno más ni uno menos», aseguró el secretario general de FIA-UGT en Castilla y León, Manuel López García.
Cándido Méndez se rebeló contra el Gobierno y contra el «canto a la impotencia y la resignación» de su política, que va por «mal camino» porque «han abrazado a la fuerza el discurso que combatían hasta hace pocos meses». Por su parte, un Alfonso Guerra cauto no se desmarcó del mensaje del Gobierno, si bien, además de insultar a Rajoy —le llamó «indolente, perezoso, haragán y holgazán»— animó a combatir los paraísos fiscales, los contratos blindados, las jubilaciones con pensiones escandalosas o los impuestos de las sociedades de inversión.
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