Un saque de honor en un partido de fútbol, el debut del ministro-candidato

No hay fecha todavía para las elecciones catalanas, retrasada por orden y gracia de Zapatero y que José Montilla demoró hasta la próxima semana precisamente a la espera del anuncio de que el ministro de Trabajo iba a integrar la lista del PSC . Esa lista estará encabezada por el propio presidente de la Generalitat, le seguirá con toda probabilidad la hoy consejera de Justicia del «Govern» Montserrat Tura y Corbacho figurará como número tres. No hay fecha, pero tampoco hay tiempo que perder, así que Corbacho protagonizará el domingo por la tarde su primer acto como ministro-candidato en un campo de fútbol de una localidad barcelonesa muy próxima al Hospitalet que él comandó durante años, Sant Hipólit de Voltregá . En la previsión del Ministerio de Trabajo, se recoge cómo «tras saludar a los miembros de la Corporación Municipal, el ministro efectuará un recorrido por las instalaciones y realizará el saque de honor» en el terreno de juego. A continuación «mantendrá un encuentro con los medios de comunicación».

Corbacho será ministro hasta octubre, una vez que ponga la cara ante el azote sindical en la huelga del 29 de septiembre, pero en este evento futbolístico se estrenará, a la postre, como candidato electoral a las autonómicas de Cataluña. Esta inauguración recuerda el acto de Trinidad Jiménez, cuando recién proclamada candidata a las primarias socialistas de Madrid, aprovechó en Coslada un acto de su Ministerio de Sanidad para pedir el voto a su candidatura a las primarias.

La agenda del Ministerio del pacense nos lleva a una segunda cita electoral, esta vez en lunes de inicio de curso político y en Hospitalet de Llobregat. Corbacho asitirá «a un acto simbólico de derribo del antiguo ambulatorio de la Seguridad Social de la Plaza Española». El espacio que ahora ocupa el Ambulatorio será de uso público. El ministro será recibido por la alcaldesa Nuria Marín y mantendrá el segundo encuentro en pocas horas con los medios informativos. No está de más que, metidos en el ruedo electoral, adquiera mayor presencia el «primer espada» y también sus banderilleros.