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LIGA BBVA

Joaquín asume el papel de Villa

El Valencia presenta su declaración de intenciones con una victoria ante un buen Málaga

EFE

Con el pitido inicial arrancaron dos proyectos ambiciosos. El del Málaga del jeque qatarí Abdullah ben Nasser Al-Thanis, el técnico Jesualdo Ferreira y una plantilla remozada, que, pese al resultado final, tiene da buenas sensaciones. Y el del Valencia en el año I después de Villa y Silva, pero con el protagonismo de Aduriz, Joaquín o Mata —ayer algo más apagado de lo habitual—. Andaluces y valencianos ofrecieron un partido atractivo en La Rosaleda. Patrones similares basados en la versatilidad, la velocidad y el descaro. Pero al final mandó la pegada valencianista con Aduriz y dos goles de Joaquín en plan torero, apareciendo cuando era necesario para rematar la faena en un encuentro que presenta al Valencia como uno de los equipos a tener en cuenta en la historia de la liga 2010-2011, que ayer dio comienzo. Los «che» tiene bien asumida la nueva etapa que se les presenta sin el máximo goleador del Mundial o sin el genio canario y dejaron muestra en el estadio malagueño de una época en el que el bloque ganará protagonismo sobre los nombres.

El Valencia saltó arrollador a La Rosaleda. Sin concesiones. La premisa era apabullar al conjunto de Jesualdo Ferreira lo antes posible. En sintonía con el juego y la bravura valenciana se elevó Aritz Aduriz para adelantar con sólo diez minutos de juego con un remate de cabeza inapelable. Bien empezaban las cosas para el proyecto valencianista sin el «Guaje» y Silva. Veloces por bandas con Joaquín y Vicente, y con Mata merodeando por la frontal malagueña dominaron a los andaluces hasta que a estos les dio por despertar. Y lo hicieron. El cuadro blanquiazul utilizó armas similares a las propuestas por Emery. Contra la velocidad más de lo mismo. Frente a la versatilidad «che», la insistencia del Málaga, que acabó por empatar a través de Seba en una jugada a balón parado.

Y apareció Joaquín

Habituales fueron las intervenciones de César Sánchez la pasada campaña. El veterano portero que roza los 39 años se mantiene fino y sacó una mano salvadora a Rondón. Éste, no obstante, no fue el más destacado. Ese papel fue para Owusu-Abeyie (conocido en el mundillo como Quincy). El nigeriano mostró bien las características malacitanas con velocidad y mucho descaro.

La historia de este partido era atractiva. Ambos equipos buscaban el triunfo y ambos tuvieron sus alternativas. Pero Joaquín apareció para poner punto y final a la historia. Y lo hizo en cinco minutos. Una incorporación desde la izquierda la finalizó con un chut cruzado (1-2) y remató la faena con una asistencia de Aduriz que el gaditano utilizó para fusilar a Arnau (1-3). Ahí murió el partido, siendo el Valencia justo vencedor frente a un buen Málaga.

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