Seducidos por la cocina foránea

Hay turistas que viajan a otras ciudades—por eso precisamente se llaman turistas—y otros que reciben el nombre de «turistas autóctonos», quienes se dedican a recorrer su ciudad, ésa en la que viven cada año y cada verano, intentado hallar lugares desconocidos. En este caso, es recomendable descubrir la cocina extranjera de zonas como India o América Latina —por ejemplo— y que, desde los movimientos migratorios, también se puede conocer sin «salir de casa».

La Cuina d'Amparo es la primera parada de un recorrido tan foráneo como riquísimo. En el barrio del Carmen se sitúa este restaurante cubano en el que sus tamales o costillas a la caña melao son un éxito rotundo. Por un precio medio de diez euros por comensal, se pueden degustar platos y postres típicos como las cremas frías de guayaba o los dulces de papaya con requesón. Además, Pepe —el camarero— invita a mojitos si aún «les queda hueco».

Desde Cuba, hasta Oriente Próximo, la cocina libanesa se llena de comensales a la caída del sol. Cuando los musulmanes valencianos finalizan su día de ayuno, ahora con el Ramadán, el Restaurante Al Sultan enciende sus cachimbas y prepara las maravillosas hojas de té que sirve al terminar la cena. Cous-cous, Carnes Arayes o postres como el «Katayef Bi-Jouz» son algunos de los platos típicos que ofrece este restaurante libanés, junto a la Avenida de Aragón en Valencia.

Más cerca de Líbano está Asia a la que se puede, casi, visitar llendo al Restaurante Zhu, en Alicante. Este asiático gana prestigio gracias a su chef, Jiang Xiang, quien fue galardonado con el primer premio de la prestigiosa «Guía Gourmet de China». Por último, un vuelo chárter directo a México devuelve el protagonisto a América, en este caso, a la del norte. Un pedazo de ella habita en Peñíscola gracias al Restaurante La Frontera, que trae sus mejores enchiladas y moles.