BALONCESTO
Corey Fisher, el chico de los 105 puntos
Es el hombre de moda en el baloncesto mundial gracias a su récord de anotación en un torneo de «streetball»

Es el chico de moda en el baloncesto mundial en los últimos días. Desconocido para la gran mayoría, la misma que vuelve la espalda al baloncesto callejero y lo menosprecia tildándolo de pachangas sin importancia, Corey Fisher no es nuevo en los «playgrounds» neoyorquinos. Su gesta de anotar 105 puntos en un partido en un torneo oficial lo ha catapultado a la fama, pero el asfalto es algo que viene corriendo por sus venas desde muy corta edad. Ahora, por fin, recibe el reconocimiento que se merece. Cuando se retire, sin duda, será tildado de leyenda, aunque de momento ya se le pueda considerar una leyenda viva del streetball.
En su etapa de «High School» ya maravilló al país con 92 puntos en un partido , enrojeció el rostro de los ahora NBA’s O.J. Mayo o Brandon Jennings , se llevó el MVP del Jordan Brand Classic un año antes de ingresar en la NCAA… Todo eso, lo que atrae la atención del público general (y el autoproclamado entendido), llegaba mientras el jugador ya gozaba del respeto de las calles. Siendo sólo un adolescente, Fisher ya era conocido con los apodos de «Fisher Price» y «The Young Bandit» en el mítico Rucker Park de Harlem, allí donde cualquiera que se considere jugador de baloncesto debe demostrar su valía para ganarse el respeto de Nueva York.
En 2005, siendo junior en el prestigioso St. Patrick’s, uno de los mejores institutos del país, Fisher llevó las riendas de su equipo en el Entertainer’s Basketball Classic (EBC) en el Rucker Park y su juego comenzó a ser comparado con el de todo un nombre propio de la NBA como Tiny Archibald. Si además le sumamos a que ese mismo verano se convirtió en uno de los «underclassmen» más llamativos del célebre ABCD Camp, en el que los mejores jugadores de instituto de EEUU muestran sus habilidades antes de dar el salto a la universidad, veremos que lo de Fisher estaba llamado a ser algo gordo para el baloncesto de la Gran Manzana. Y así fue.
En 2006, la revista del playground por excelencia le incluyó en el Quinteto Ideal del EBC, junto a nombres tan respetables del streetball neoyorquino como Junie Sanders, Kenny Satterfield, Keydren Clark y Adrian Walton. Por aquel entonces ya se consideraba a Fisher «el mejor base joven de NYC, que con sólo 16 años ya dominaba a los jugadores adultos noche tras noche ahí fuera». A partir de ahí todo fueron parabienes para el jugador que está considerado desde hace tiempo uno de los próximos bases de Nueva York encargados de recuperar la supremacía de la ciudad en el puesto de «playmaker». El del Bronx siguió dando rienda suelta a sus circenses entradas a canasta y su facilidad anotadora verano tras verano, sorprendiendo en todos los parques que pisaba y siendo uno de los principales protagonistas del «Back to back» del equipo conocido como Bingo’s All-Stars en el también duro torneo de Dyckman.
Y así llegamos hasta el pasado 7 de agosto de 2010, cuando Fisher reventó la banca y se marchó hasta los 105 puntos en un partido del torneo Watson Classic , en el Bronx. Bajo el apadrinamiento de Dyckman, «Fisher Price» firmó una impecable y asombrosa tarjeta de 23 de 28 en triples, para los ya de sobra comentados 105 tantos, incluidos 72 en la segunda mitad de un partido oficial, con 40 minutos de tiempo reglamentario y normas profesionales. El resto de sus compañeros anotaron los otros 33 puntos de su equipo, en lo que los más ignorantes podrían de tachar de pachanga y lo que los saben de qué va el juego catalogan de proeza.
De un modo u otro, y antes de caer en la ignorancia, no olviden que este chico lleva bastante tiempo curtiéndose en las canchas de la Meca del baloncesto, enfrentándose a profesionales en Europa, jugadores NBA y estrellas del asfalto. Abran las puertas de par en par porque más temprano que tarde tendrán que recibir en los pabellones de la mejor liga del mundo con sonoras ovaciones al que a sus 22 años ya es toda una leyenda viva del baloncesto en NYC.
(Antonio Gil es redactor jefe de Crossover Magazine y redactor de Gigantes del Basket )
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