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La Policía Foral imputa un delito de incendio forestal a los tres magrebíes detenidos por el fuego de Falces

Los implicados quemaban las pieles de un cordero antes de asarlo para celebrar el Ramadán

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gorka moreno

Las circunstancias que rodearon al incendio declarado el pasado miércoles en la localidad navarra de Falces, que arrasó 350 hectáreas de monte y que se originó a raíz de que varios ciudadanos de origen magrebí hicieran una hoguera para asar un cordero con motivo del inicio del Ramadán, se van esclareciendo con el paso de las horas. Hoy, la Policía Foral ha puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Tafalla a los tres varones magrebíes detenidos como presuntos autores de un delito de incendio forestal, mientras que a los otros dos arrestados, una mujer brasileña y un español de 51 años, se les imputa un delito contra la Salud Pública por la supuesta tenencia de unas veinte plantas de marihuana en la casa colindante al lugar donde comenzó el fuego. Estos últimos ya han sido puestos en libertad con cargos. Además, a uno de los presuntos implicados en el desastre también se le vincula con las sustancias estupefacientes encontradas.

Según las primeras hipótesis del Ejecutivo navarro, el incendio comenzó por una posible negligencia en torno a las cinco de la tarde del miércoles junto a una caseta situada en un paraje conocido como el soto Calón, bajo la ladera de una montaña con mucha vegetación. Como ya publicó ABC, los presuntos responsables de los hechos - M.C., de 33 años; E.O., de 35; y M.E., de 37- estaban preparando una fogata para quemar las pieles de un cordero antes de prepararlo y celebrar así la llegada del Ramadán. Y no era la primera vez que lo hacían, ya que el lugar que utilizaban se encuentra a las afueras de la población y bastante escondido. Además, como explicaron fuentes municipales de Falces, ante las quejas de los vecinos la Policía Local les alertó varios días antes de la prohibición de hacer parrilladas en ese lugar. De hecho, los agentes que se desplazaron para alertarles pudieron comprobar cómo había restos de fogatas anteriores y un par de troncos que se usaban como asientos. Pero nada de eso sirvió para disuadir a los presuntos responsables.

“Es una catástrofe sin precedentes en el pueblo. Y lo peor de todo es que sabíamos que podía ocurrir. Les advertimos de los riesgos, pero nos ignoraron. Ahora ya es demasiado tarde. Sólo esperamos que paguen por ello”, subrayó un vecino de la zona a este periódico. Varios lugareños apuntaron que los implicados “huyeron” cuando vieron que las llamas se descontrolaban y se dirigían hacia el monte: “Si hubieran avisado, tal vez la tragedia habría sido menor. Pero decidieron marcharse a pesar de que todos sabíamos quiénes eran”.

Cuando se tuvo conocimiento de lo que estaba sucediendo, miembros de la Brigada de Medio Ambiente de la Policía Foral acudieron a Falces y localizaron entre las llamas el punto exacto donde comenzó a propagarse el fuego, de manera que lo preservaron para realizar inspecciones oculares, recoger indicios, recopilar testimonios de los testigos, etc. Una labor fundamental de cara a la redacción de los atestados.

Curiosamente, los investigadores constataron cómo el incendio había dejado al descubierto un pequeño patio de la vivienda donde había escondidas unas veinte plantas de marihuana, motivo por el cual también detuvieron a A.B.O., mujer brasileña de 30 años, y J.A.S.A., ciudadano español de 51, como presuntos responsables de un delito contra la salud pública.

Rápida propagación de las llamas

Al ver que el incendio avanzaba con rapidez hacia el municipio vecino de Peralta, a unos 7 kilómetros en línea recta de Falces, la Agencia Navarra de Emergencias (ANE) activó el nivel 2 del Plan de Incendios Forestales, por lo que solicitó el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para hacer frente al fuego, ya que al afectar a una zona de pinares, robledales, campos de cultivo y hojarasca de fácil combustión amenazaba a los habitantes de los alrededores.

El dispositivo estuvo integrado por dos aviones de la Base Aérea de Zaragoza, otro de Noáin (Navarra) y una avioneta procedente de Agoncillo (La Rioja). Además, el Gobierno navarro movilizó tres helicópteros y decenas de efectivos de los parques de Tafalla, Peralta, Tudela, Lodosa, Oronoz, Estella y Cordovilla, que se sumaron a las excavadoras, bulldozers y tractores que trabajaban para abrir cortafuegos.

Pero las condiciones atmosféricas dificultaban en gran medida las labores de extinción. De manera que cuando el incendio se encontraba a unos 300 metros del casco urbano de Peralta, la ANE decidió evacuar a unas 500 personas que residen en las calles de Tejedores, Julián Gayarre, Adoberías y San Juan de Peralta, para las que se habilitaron camas y colchones en el polideportivo municipal y en la residencia de ancianos. Además, una mujer de avanzada edad fue trasladada por prevención al centro de salud. Todos ellos pudieron regresar a sus hogares el jueves.

“El pueblo parecía Moscú. Había una nube de ceniza impresionante de varios kilómetros de longitud que llegaba hasta Funes –la siguiente localidad después de Peralta-. Muchísimas personas iban por la calle con mascarillas porque costaba respirar con tanto humo. Aunque, por suerte, parece que el monte bajo el que se encuentra Peralta ha servido de parapeto para que las llamas no siguieran avanzando hacia las casas”, explicó un peraltés.

En torno a las cuatro de la madrugada del jueves, el fuego quedaba controlado. Y hoy se comunicaba oficialmente la extinción de las llamas, aunque por precaución, el Ejecutivo foral mantiene en la zona un retén formado por efectivos del Servicio de Bomberos para refrescar el área afectada y evitar así la reactivación de las llamas.

Daños medioambientales

Fuentes del Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Ejecutivo foral apuntaron que algunas de las zonas abrasadas tienen un importante valor ecológico, ya que albergan poblaciones de águilas reales, visones europeos y búhos reales, aunque se desconoce si se han visto afectadas.

La consejera de Medio Ambiente, Begoña Sanzberro, resaltó que una de las características de este incendio ha sido la rápida propagación de las llamas, un hecho que provoca menos afecciones y permite que el arbolado se recupere antes.

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