Jane Brewer, gobernadora de Arizona
La heroína accidental de la anarquía en la frontera sur
Para sus colaboradores, la gobernadora es un profesional de la política meticulosa, detallista, que hace cuentas

Arizona tiene un historial de confiar sus principales puestos ejecutivos a mujeres. Cuando hace año y medio, Obama optó por traerse a Washington a la gobernadora demócrata Janet Napolitano, y nombrarla ministra de Seguridad Interior, la sucesión de poderes estatales recayó en la republicana Jan Brewer. Una carambola que ha colocado a esta mujer, con 27 años de carrera política secundaria, en primera fila de las frustraciones, tensiones y polémicas que genera la falta de control en la frontera sur de Estados Unidos.
De cara a la galería, Brewer se presenta como una señora sonriente, muy morena, tipo «cheerleader» según explicaba un conocido en la Prensa local de Arizona. Pero para sus colaboradores, la gobernadora es un profesional de la política meticulosa, detallista, que hace cuentas. Y ahí es donde han coincidido sus aspiraciones para renovar mandato por sus propios méritos con la polémica de los inmigrantes ilegales. Además de los graves problemas que tienen las arcas públicas de Arizona, especialmente castigada por el final de la burbuja inmobiliaria.
En una decisión que le ha costado resentimiento entre el ala más conservadora de su partido, Brewer se estrenó con un aumento del IVA estatal para evitar duros recortes presupuestarios. Aunque para compensar, ha respaldado la polémica ley aprobada por la Legislatura de Arizona contra la inmigración ilegal. Con argumentos tanto de seguridad pública como el enorme precio que el descontrol en la frontera supone para las finanzas estatales.
De acuerdo a los datos de las autoridades federales, casi la mitad de todas las detenciones de «indocumentados» en Estados Unidos tienen lugar en Arizona. Con casi medio millón de inmigrantes ilegales, Arizona calcula que gasta más de 650 millones de dólares en servicios sociales para esa población que no le corresponde, más otros 120 millones de dólares en gastos carcelarios.
A pesar de la derrota judicial de este miércoles , la gobernador ha insistido en que Arizona va a seguir su lucha en los tribunales. A su juicio, la querella de la Administración Obama «es un masivo malgasto del dinero del contribuyente» que podría ser utilizado mejor «contra los violentos carteles de la droga mexicanos que contra el pueblo de Arizona».
Saltó a la política preocupada por sus hijos
Jane Brewer nació en 1944 en la meca cinematográfica de Hollywood, California. Su padre murió pronto y su madre tenía una pequeña tienda en la que toda la familia trabajaba. Dificultades que ella invoca a la hora de declararse sin miedo ante los retos. En los setenta, tras casarse con un quiropráctico, se estableció en la ciudad de Phoenix. El matrimonio ha tenido tres hijos, uno de los cuales murió en el 2007.
Su salto a la política, se produjo por inquietudes sobre la educación que sus hijos estaban recibiendo en colegios públicos. Con una sucesión de cargos locales y estatales en los que generalmente ha tenido que competir con candidatos bastante más conocidos y preparados. Para algunos analistas políticos de Arizona, la clave de su éxito estaría en haber sido subestimada de forma sistemática por sus rivales.
Esta ascensión electoral la llevó por primera vez en el 2002 a convertirse en secretaria de Estado de Arizona. Con la peculiaridad de que el gobierno de Arizona no tiene un puesto de teniente gobernador. Lo cual hace del ocupante de la Secretaría de Estado, el sucesor inmediato en el ejecutivo estatal. Irónicamente, uno de los viejos esfuerzos legislativos sin éxito de Brewer fue crear un puesto de «número dos».
Sus aficiones conocidas incluyen la jardinería y reunir tapones de refrescos en búsqueda de premios. Además de poner a toda pastilla música de ABBA mientras conduce su BMW descapotable, de color blanco
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