Exhuman el cadáver de Nicolae Ceaucescu
La familia del dictador rumano duda de la autenticidad de los restos y pide pruebas
Los restos del dictador rumano Nicolae Ceaucescu y los de su esposa, Elena, fueron exhumados ayer en Bucarest. La exhumación tuvo lugar por la mañana en el cementerio militar de Ghencea, al oeste de la capital rumana, por orden de las autoridades judiciales a petición de su hijo Valentin Ceaucescu y de su yerno Mircea Oprean. Su propósito es el de constatar a través de pruebas de ADN si los restos sepultados en esa tumba corresponden realmente a los de Nicolae y Elena Ceaucescu, fusilados el 25 de diciembre de 1989.
El único hijo con vida de la pareja, de los tres que tuvieron, pedía desde hace años que el Ministerio de Defensa de Rumanía realizara las pruebas de ADN que certifiquen la identidad de los cadáveres de la tumba en la que supuestamente se hallan enterrados sus padres. La petición fue hecha inicialmente en 2005 por la hija, Zoe Ceaucescu, fallecida en 2006, ante los rumores de que en la tumba indicada no se encontraban los restos de sus padres. No obtuvo
respuesta de las autoridades militares. Virginia Cismarescu, administradora del cementerio militar de Ghencea en 1989, declaró ayer para la televisión local que la pareja Ceaucescu fue sepultada con nombres falsos. A Elena le fue dado el nombre de Anca Enescu Vasile, y a él, el de Dan Popa, sostuvo.
Nicolae Ceaucescu, nacido en 1918, se convirtió en la autoridad máxima del país en 1967 y se impuso como uno de los líderes más siniestros de la Europa comunista de entonces. Exigía que lo llamasen el «Conducatore», pero también aceptaba que lo llamaran «Genio». A finales de 1989 y después de la caída de los regímenes comunistas de Hungría, República Democrática Alemana, Bulgaria y Checoslovaquia, estalló la revolución en Rumanía, en la ciudad de Timisoara. En diez días la población tomó el control del país.
Ceaucescu y su mujer intentaron huir, pero fueron capturados y sometidos de inmediato a un juicio militar en el cuartel de la ciudad de Targoviashte, al sur del país. Duró dos
horas, al final de las cuales fueron condenados a muerte, «con derecho a apelación después de cumplida la sentencia». La pena fue ejecutada de inmediato por un pelotón militar. Los dos cadáveres fueron sepultados inmediatamente y en secreto.
Ayer un equipo de patólogos y funcionarios del cementerio, en presencia de Valentin y de Mircea Oprean — que estuvo casado con Zoe Ceaucescu—, destaparon los féretros de madera y extrajeron muestras de los restos de ambos cadáveres.«Sólo quedan ropa y huesos, pero y reconocí el sombrero y el abrigo oscuro de mi suegro. Tiene agujeros de balas, al igual que los pantalones», afirmó Oprean. Una vez identificados, serán sepultados juntos en el mismo cementerio.
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