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El regreso de la fe a la plaza pública

El Papa Benedicto XVI crea el Pontificio Consejo de la Nueva Evangelización para hacer frente a la progresiva secularización que sufre Occidente

En la basílica de San Pablo Extramuros, que custodia la tumba del mayor evangelizador de la historia, Pablo de Tarso, Benedicto XVI anunció personalmente el pasado lunes la creación del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización. Su trabajo, orientado a Europa y América, se centrará en los países «que viven una progresiva secularización» y sufren «el eclipse del sentido de Dios».

En la carta apostólica de fundación, Benedicto XVI explicará muy pronto los objetivos y prioridades del nuevo organismo, del que ha nombrado presidente al arzobispo italiano Rino Fisichella, hasta ahora rector de la Pontificia Universidad Lateranense y también presidente de la Pontificia Academia de la Vida, cargo en el que le sucede el experto español en bioética Ignacio Carrasco de Paula, un barcelonés de 73 años muy conocido en Roma por haber sido el primer rector de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz.

Juan XXIII anunció la convocatoria del Concilio Vaticano II en la basílica de San Pablo Extramuros, y Benedicto XVI escogió el mismo marco para llamar la atención de toda la Iglesia sobre una tarea decisiva para el futuro del cristianismo: revitalizar la fe en los países donde ha perdido su pujanza por pereza intelectual de los evangelizadores, por distracción de la erarquía en tareas administrativas y por hostilidad cultural externa.

El Papa que fue profesor universitario durante 25 años y que participaba como cardenal en debates abiertos con filósofos no creyentes, considera necesario una vuelta de la fe al debate cultural y una catequesis personalizada en los países del primer mundo. La pasada Navidad, refiriéndose a una de las zonas del antiguo templo de Jerusalén, Benedicto XVI propuso crear un «patio de los gentiles» en el que puedan sentirse a gusto personas sin fe pero con curiosidad por el mensaje de Jesucristo. La Nueva Evangelización supone salir a predicar al resto en las plazas públicas.

Una tarea nada fácil

El arzobispo Rino Fisichella, de 58 años, antiguo profesor de Teología Fundamental en la Pontificia Universidad Gregoriana, ha sido uno de los obispos auxiliares de Roma y es un personaje muy activo en la evangelización de la política y de la cultura. Reconoce que su nueva misión no va a ser una tarea fácil, pero insiste en que la Nueva Evangelización «es un desafío al que hay que dar respuesta como en los primeros tiempos del cristianismo y en los momentos de crisis a lo largo de la historia». El presidente del nuevo Consejo propone «volver a lo esencial: poner en el centro el anuncio de Jesús». De ese modo, los obispos y los fieles evitarán «perder de vista el objetivo principal, que constituye la misión de la Iglesia: evangelizar».

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