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Polonia despide a Kaczynski y elige a Komorowski

Komorowski vence con el 52,6% frente el 47,4 % de Kaczynski, tal y como vaticinaban las encuestas

Polonia despide a Kaczynski y elige a Komorowski AP

RAMIRO VILLAPADIERNA

Los polacos parecen enterrar la era Kaczynski y pasar página con la elección de Broniwslaw Komorowski como nuevo presidente. 52,6% obtiene el liberal-conservador, frente a 47,4 % del tradicionalista. El primero ejercía ya de jefe del Estado interino, desde la catástrofe aérea de Smolensk que mató al presidente y hermano del otro candidato, Jaroslaw Kaczynski.

Kaczynski, lider del partido Ley y Justicia (PiS) no ha tardado en felicitar a su oponente, junto a la hija de su fallecido hermano Lech; y Komorowski, de la Plataforma Cívica (PO) ha lamentado en sus primeras palabras “el gran dolor de la división” entre los polacos, una vieja idea que existe de vendedores y vendidos, en tono patriótico o económico.

Ganadores oportunistas y perdedores malvendidos por la transición, triunfantes hijos del antiguo régimen y pueblo sufrido y emigrante, antes como ahora. Así reza al menos la leyenda y, viendo el mapa del voto, 10 puntos más de los unos o los otros hay aproximadamente a uno u otro lado de Polonia: los que votan a Komorowski en el noroeste, los que votan a Kaczynski en el profundo sureste, cuna de la eterna emigración.

“Hay un gran trabajo a hacer para lograr que estas divisiones no impidan la edificación de un consenso nacional”, ha reconocido el nuevo presidente electo. Ahora, por primera vez en la transición polaca, con la presidencia y el gobierno en manos del mismo partido, la Plataforma (PO) no podrá eludir su responsabilidad. El perdedor echó mano de su propio eslogan en similar sentido: “Polonia es lo importante”.

Aparte la simbiósis de Kaczynski con su fallecido hermano, los analistas ven, en el espectacular auge de aquél en campaña, una preocupación por el acaparamiento de instituciones por un partido, en un país con un alto grado de corrupción institucional y económica. El que la nueva presidencia de Komorowski haya podido concitar más voto de los ex comunistas (SDL), tras la pérdida de su candidato en primera vuelta, es algo que no suma puntos en la estima de unos oponentes que con los hermanos Kaczynski quisieron refundar la transición.

Baja participación

No menos reveladora del hastío transicional y los partidos es la baja participación entre los 31 millones con derecho a voto, asistencia que según el instituto demoscópico TNS OBOP rondaría el 56,2%, si bien dos puntos por encima de la primera vuelta. Pero el que la elección importaba a muchos lo indica, según el politólogo Eryk Mistewicz, el hecho de que más de 830.000 electores se hubieran preocupado de votar aun fuera de su residencia.

El resultado muestra que el pulso entre los valores que sustentaron a Polonia en sus peores pasajes de la historia y el ansia de modernidad de la más joven y cosmopolita población urbana y occidental se ha saldado a favor de ésta para la ocasión. Pero pese al tópico, cabe decir que el examen del voto muestra a los más jóvenes votantes muy similarmente divididos entre los dos candidatos.

El primer ministro de centro derecha, Donald Tusk, gozará en todo caso ahora de un aliado en la presidencia y no tendrá excusa para seguir dilatando reformas, pese a adentrarse en año electoral. El presupuesto, que requiere un fuerte ajuste al dispararse hasta un 7% el deficit, y la consolidación de la deuda hacen que el máximo entendimiento entre ambas instituciones fuese la opción preferida por inversores y mercados, como han dejado claro durante la campaña.

«Vencidos, pero no rendidos»

En breve intervención, Tusk ha dicho apenas que "si este resultado se confirma en el recuento, será una elección buena y segura para los polacos", quien venía asemejando el éxito del voto por Komorowski al de una buena cohabitación entre presidencia y ejecutivo, a fin de avanzar en las reformas.

El resultado para Jaroslaw Kaczynski sugiere que, como se prometió tras el accidente aéreo, no concluirá la misión de su hermano fallecido, por el momento. Porque el ex primer ministro nacionalista no ha tardado en convocar a los suyos “ahora hay que movilizarse y prepararnos para las parlamentarias” del año próximo. Y no sería él sino citara al héroe de la primera república polaca, el mariscal Pilsudski, al animar a los suyos: “ser vencidos, pero no rendidos”.

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