Oportunidad histórica

Otra vez en el escenario emblemático de Sudáfrica. Ellis Park. El símbolo de la insurrección. También para España. La selección levantó el vuelo en este Mundial ante Honduras y este sábado regresa con la intención de hacer historia. Busca las semifinales ante Paraguay. La mejor clasificación desde que el campeonato se juega por el sistema de cruces directos.

Partido complejo. Por todo. Porque hay una considerable diferencia futbolística entre ambas selecciones, siempre con el tamiz del todo es posible en un cuarto de final. España es mejor equipo. En todos los sentidos. Calidad, experiencia, fútbol... Sólo hay un aspecto equilibrado. El entusiasmo y las ganas. Y falta por controlar el nivel de euforia. Mala compañera de viaje para la selección favorita sobre el papel.

Los internacionales españoles no son reacios a la sonrisa. El autobús ha recuperado el ambientillo del pasado. La música y el tono de la Eurocopa. Un escenario impermeable a los cantos de sirena que llegan desde el exterior. El partido contra Portugal ha reenganchado a los aficionados y una buena mayoría no ve rival en Paraguay. Como algunos no veían posible que Holanda metiese mano a Brasil. Una trampa con mayúsculas. Por este motivo, tanto el cuerpo técnico como los propios actores se han encargado de esparcir el mensaje de siempre. Prudencia. Respeto. Concentración. Convicción. Confianza...

Paraguay jugará sus bazas para ahogar el juego clásico de España. Orden, presión, ímpetu... Términos marciales para contrarrestar el toque, la velocidad y las genialidades del candidato. Los suramericanos confían en hacer daño en las acciones a balón parado. Hay muchos centímetros en su delantera y los centrocampistas manejan muy bien el juego aéreo.

La selección tampoco debe descuidar los pequeños detalles. El árbitro. En la antesala, los paraguayos se han encargado de calentar el ambiente y han tachado al guatemalteco Batres de bulto sospechoso con intereses contrarios a los suyos. España debe ser fiel a sus principios: dominio del balón, control del partido y pegada. Si cumple el guión sacará el billete para las semifinales. Del Bosque confiará en el mismo once de los dos últimos partidos porque le ha dado buen resultado y no hay motivos para hacer cambios. Ojo con Xabi Alonso, apercibido.