La Díaz Ferrán francesa

Laurence Parisot (51 años), reelegida presidenta del Medef (Movimiento de las empresas de Francia), la patronal francesa, se hizo célebre justificando una reforma importante de la legislación laboral con esta frase: “La vida es precaria, el amor es precario... ¿por qué no sería precario el trabajo...?” .

Parisot había eliminado previamente a todos sus rivales al cargo. Ha sido reelegida con 458 votos de los 488 votantes en la asamblea del Medef.

Laurence Parisot fue elegida presidenta del Medef, por vez primera vez, el 2005, cuando sucedió en el cargo a un patrón muy vieja escuela, Ernest-Antoine Seillière, heredero de una gran fortuna y un grupo con históricas raíces en la primera revolución industrial. Fue un cambio simbólico, ilustración, en cierta medida, de la “nueva Francia” empresarial.

Laurence Parisot es hija de un fabricante de muebles de provincias, que llegó a crear, en su pueblo, Luxeuil-les-Bains (Haute Saône), el primer grupo francés de muebles. Ella es la heredera. Pero había hecho carrera, libre, sola, por su cuenta, como jefe de empresa. Fue la primera mujer que dirigió un importante grupo de estudios sociológicos y sondeos de opinión, el Ifop (Institut français d’opinion publique).

A la muerte de su padre, la heredera del grupo Parisot (primer grupo francés en construcción y distribución de muebles) tomó las riendas de la empresa familiar, que continúa dirigiendo. La líder de los empresarios franceses es ella misma una empresaria ultra dinámica en varios sectores. Ha hecho fructificar la herencia familiar, es la directora general de un grupo “rival”, Optimum, dirige varias sociedades turísticas, y forma parte del consejo de administración del grupo BNP.

Culturalmente, Parisot es una “liberal empírica”, con una temible agudeza verbal y una franqueza de opiniones temidas por unos y otros. Gran coleccionista de arte, se dice “apasionada” del surrealismo pictórico.

Soltera, se le presta una vida sentimental “libre”. Una biografía “no autorizada” evoca en escorzo unas relaciones de “profunda amistad” con una grafóloga reconvertida en la gestión de propiedades inmobiliarias.