La Infanta Elena inaugurará la exposición «Lo sagrado hecho real»

La Infanta Doña Elena presidirá en Valladolid apertura de exposición de arte barroco «Lo sagrado hecho real» el próximo 5 de julio, según confirmaron ayer fuentes de la organización del evento, informa Europa Press. Esta muestra pondrá el broche cultural a la presidencia rotatoria de la UE que, a lo largo de este primer semestre de 2010, ha recaído en España.

Telas de pintores como Diego Velázquez y Francisco Zurbarán, además de tallas firmadas por escultores como Gregorio Fernández, Alonso Cano y Juan de Mena, entre otros figuran en la exposición que, con el lema de «Lo sagrado hecho real«, se inaugurará en Valladolid el 5 de julio con la presencia de la Infanta Elena de Borbón. El Museo Nacional Colegio de San Gregorio albergará hasta finales de septiembre esta exposición de pintura y escultura española barrocas, fechadas entre 1600 y 1700, consistente en una treintena de piezas, procendentes de todo el mundo.

Esta exposición, cuyo comisario es el británico Xavier Bray, ha sido exhibida en la National Gallery de Londres —entre los pasados octubre y enero— y recientemente —el pasado mayo— ha sido clausurada en la National Gallery of the Art en Washington (Estados Unidos). En ambas ciudades, la exposición cosechó una gran respuesta del público y de la crítica, no acostumbrados al realismo de la escultura barroca española.

Cristos agónicos y yacentes, monjes en éxtasis, magdalenas y penitentes figuran entre las temáticas de «Lo sagrado hecho real», un compendio del Siglo de Oro de las artes en España, según fuentes de la organización.

La relación entre pintura y escultura, y el diálogo constante y fluido entre las piezas esenciales del barroco español en el siglo XVII son el punto de partida inicial de una muestra concebida con «una escenografía muy teatral» e «impactante», que recreará en los espectadores la sensación de estar adentrándose en un recinto donde la muerte y el realismo se conviertan en protagonistas.

Para Bray, este tipo de obras se contemplan como «arte estrictamente devocional, en muestras habitualmente organizadas por la Iglesia, como Las Edades del Hombre, que conllevan un cierto catequismo y dentro de un contexto religioso; una especie de mercadotecnia para «tocar» el alma de los fieles». Sin embargo, confía en que esta muestra permita percibir la íntima vinculación entre la pintura y la escultura en aquella época.