La vía del barranco de Santos se abre al tráfico tras ocho años de obras y un coste de 73 millones
El proyecto, aún inacabado, conectará el casco con La Salud en dos o tres minutos
La capital tinerfeña ya tiene su particular «Sagrada Familia», tras casi ocho años de obras y muchísimo dinero. En total, unos 73 millones de euros —con 95 subcontratas y 150 técnicos— a falta de la quinta y última fase de acondicionamiento del cauce y tratamiento de fachadas, que consumirá otros 8,2 millones hasta mediados de 2011 si el Consistorio consigue la financiación correspondiente.
Con todo, el proyecto ve la luz con más de dos años de retraso afectado, entre otras cosas, por la mala experiencia de la primera UTE encargada de las obras y los desperfectos ocasionados por el paso de la tormenta tropical Delta por el Archipiélago. La Gerencia de Urbanismo, además, retocó el proyecto para que no se dispararan los costes, lo que ha permitido ahorrar más de seis millones.
Así, desde ayer al atardecer, los vehículos disponen de una nueva vía de comunicación que conecta el casco de la ciudad con el barrio de La Salud. Serán unos 2.200 metros que harán que el trayecto dure unos cinco minutos frente a los treinta minutos actuales en hora punta. El proyecto, redactado por el estudio Palerm & Tabares de Nava Arquitectos, es una reivindicación histórica de la ciudad perseguida casi desde comienzos de la década de los noventa.
Por ello, casi nadie faltó a la cita. El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, el del Cabildo de Tenerife, Ricardo Melchior, y el alcalde, Miguel Zerolo, hicieron de «maestros de ceremonia», pero también se dejaron ver otros como los vicepresidentes del Cabildo Antonio Alarcó y José Manuel Bermúdez, más varios concejales, entre ellos los socialistas Ramiro Cuende y Gloria Rivero.
El presidente del Ejecutivo canario hizo hincapié ante los medios de comunicación en que la obra «respeta» el medio ambiente y marca «el sello de cómo se tienen que hacer las cosas en Canarias, con calidad», en tanto que Melchior destacó la recuperación de un paisaje que estaba olvidado para la ciudad. La nueva vía incorpora dos falsos túneles: uno en Duggi y otro situado bajo la calle López de Vicuña, así como el paso inferior del puente Zurita, y también incorpora dos nuevos puentes a Santa Cruz, uno en el barrio de Salamanca y otro en la calle Benahoare.
Parque mar-montaña
Según detallaron los arquitectos, el complejo final es un «parque lineal mar-montaña» que permite la comunicación del peatón con espacios libres, jardines, zonas de esparcimiento y plazas adyacentes. Por eso, pidieron un esfuerzo a los ciudadanos por mantener el entorno que, además, llevará unas costosas labores de mantenimiento. De hecho, y aparte del viario, hay un edificio multiusos dotado de cafetería, restaurante y sala de exposición ubicado entre el puente Zurita y el asilo de ancianos, y un centro de visitantes con una zona etnobotánica anexa. Cuentan con una estructura básica por lo que su desarrollo aún tendrá que esperar. Asimismo, se suman tres esculturas que jalonan el camino: «Vortex Vórtice», de Paco Palomino; «Homenaje a Óscar Domínguez», de José Abad, y «Callao», de José Antonio Zárate.
El proyecto también dota a la ciudad de nuevos equipamientos deportivos en los alrededores del pabellón Ana Bautista: dos canchas de padel, una de fútbol sala y otra de baloncesto con vestuarios e iluminación artificial. El primer sector del barranco abarca justo el tramo de desagüe que entra en contacto con el mar, y apenas ha habido actuaciones porque discurre bajo el asfalto de la avenida Marítima, Bravo Murillo y la plaza de Europa. El segundo tramo, hasta el puente Serrador, ha sido utilizado en el pasado para ferias de ganado, romerías o espectáculos culturales, y ahora se concibe como una zona de esparcimiento que complementa los espacios públicos con arboledas y peatonales que son la perfecta antesala al casco antiguo. Asimismo, entre Serrador y Galcerán se crea una gran zona abierta dotada de un puente que enlaza el barranco con la calle Aguere y la ermita de San Sebastián.
El proyecto se ha cuidado desde el punto de vista medioambiental con la plantación de árboles, palmeras,tapizantes y trepadoras. La red de riego se nutre del agua depurada que suministra la empresa de abastecimiento Emmasa. En cuanto al mobiliario urbano se prevé colocar barandillas, bancos, señalizaciones, papeleras y alcorques. También habrá aparcamientos para bicicletas, fuentes, papeleras, pilones y Puntos de Información Metropolitana (PIM). Además, se ha procurado eliminar las barreras arquitectónicas de manera que en todos los puntos de comunicación existan elementos en rampa o ascensores. Toda la vía cuenta con un plan de iluminación nocturna apoyado en un sistema de lámparas con tecnología LED.
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