FÓRMULA 1
Button: «No soy campeón del mundo por casualidad»
El mejor piloto del año pasado se ha instalado entre los grandes después de su título y del fichaje por McLaren, donde comparte equipo y oportunidades con Lewis Hamilton

Sonríe, siempre sonríe. Y si tuerce el gesto nadie le ve, porque lo evita en un ejercicio de puertas para adentro. Jenson Button (30 años), el Beckham inglés de la Fórmula 1, ha cambiado de domicilio. Ha cambiado de vida, realmente. Un gran coche (el Brawn de 2009) lo convirtió en campeón del mundo y desde entonces, ahora en McLaren, concursa en la mesa de los grandes. El sábado atendió a ABC en el circuito de Valencia, en la víspera del Gran Premio de Europa.
—¿Siente que ha tenido dos vidas, una antes de ser campeón del mundo y otra, después?
—Nada ha cambiado realmente, salvo que me he mudado a un nuevo equipo que me permite pelear por un título mundial de forma consistente. En eso sí que he notado variación respecto a mi pasado como piloto. Pero mi vida personal ha cambiado muy poco. Sigo siendo la misma persona, me rodea el mismo grupo de gente. Y, sobre todo, sigo teniendo mucha confianza en mis habilidades.
—Cuando uno es campeón del mundo, ¿se siente liberado, desagraviado, relajado...?
—Yo diría que más relajado. Cuando llevas tantos años luchando por un objetivo y finalmente lo consigues, te sientes una persona más relajada, mentalmente me refiero. Pero me sigo divirtiendo en las carreras y tengo la misma ambición.
—¿Qué pensaba cuando mucha gente dijo el año pasado que el campeón fue el coche Brawn y no usted, su piloto?
«No puedes ganar un Mundial con un mal coche»
—Para empezar, gané seis carreras. Fui yo la única persona que lo hizo. Había posibilidad para los demás, pero vencí yo. Red Bull también tuvo un gran coche y McLaren mostró un monoplaza fantástico hacia el final de temporada. Ambos eran extremadamente rápidos. Nunca puedes ganar un Mundial con un mal coche. Sólo puedes manejarlo en buena dirección si tienes un coche potente. No fui campeón del mundo por casualidad.
—¿Es ahora una persona y un deportista más fuerte?
—No sabría decir. También tienes que estar bien armado mentalmente cuando sales desde la parte de atrás de la parrilla, como me ha sucedido en años anteriores.
—Muchos aficionados le habrán descubierto ahora.
—Bueno, llevo ya bastantes años en la Fórmula 1, pero sí, me ha sorprendido la gran cantidad de aficionados que ahora tengo por todo el mundo. En cierta forma, siento que tengo que devolverles algo.
—¿Cuántas ofertas tuvo el año pasado? ¿Y por qué eligió McLaren?
—Tuve varias y la razón por la que elegí McLaren es porque representa un desafío para mí. Cuando ganas un Mundial, siempre buscas algo más. Otro reto. Lo he hecho en todas las categorías en las que he competido, desde el karting. La otra razón es la historia de esta escudería. Es como Ferrari, una leyenda excepcional. El año pasado mejoró muchísimo su coche en el final de temporada, casi dos segundos en ritmo de carrera respecto al principio de año. Y tenía la promesa de que así sería este año.
—Dos campeones del mundo (Hamilton y usted) en el mismo equipo, ¿no es un reto diplomático?
—No tanto. Es un desafío para mí compartir y competir contra Lewis. Es, desde luego, muy especial para todo el equipo, poder pelear el Mundial con dos pilotos.
—Si Hamilton fuera su rival en la última curva de la última carrera, y usted fuera por detrás. ¿Intentaría ganarle?
—Sí. Absolutamente.
—Él ya intentó pasarle en Turquía...
—Sí, estuvo cerca. Afortunadamente, no llegó lo suficientemente cerca.
«McLaren nos trata igual a los dos pilotos»
—¿Confirma que ambos tienen las mismas oportunidades y que no hay favoritismo hacia Hamilton?
—Sí, exactamente. Ambos escuchamos las opiniones del otro, porque son importantes, pero el equipo nos trata igual a los dos. Ambos probamos todo a la vez.
—No se mete en polémicas, apenas genera problemas con sus colegas, no suele fruncir el ceño. ¿Cómo lo consigue en un ambiente tan estresante como la Fórmula 1?
—Tengo mucho estrés, pero no lo muestro delante de la gente. Cuando las cosas no van bien, cierro las puertas para evitar intromisiones. No tengo ninguna queja de la vida. Soy piloto de Fórmula 1, ejerzo la profesión que me gusta, conduzco los mejores coches del mundo... Tal vez todo cambie si tengo que pelear por el título mundial.
—¿Y cómo influye la fama en su vida privada? Usted es personaje clarísimo del periodismo rosa.
—Intento apartarme todo lo que puedo. La gente me respeta en Inglaterra y también en Mónaco, donde vivo. No hay problema, de momento.
—¿Qué es lo mejor de ser piloto de Fórmula 1?
—Conducir estos coches, sin duda. Es una cosa excitante, que hay que paladear. Sientes nervios, pero es una satisfacción. Me hace feliz.
—¿Y lo peor?
—El tiempo que le tienes que dedicar a viajar. Me gustan los aviones, pero cuando te tienes que desplazar a lugares lejanos y estar lejos de tu casa durante dos o tres semanas... Mentalmente cansa. Siempre quieres volver.
—¿Le ha sucedido que a veces no sabe donde está?
—Sí, muchas veces. Los viajes no sólo tienen que ver con las carreras. También tenemos eventos al margen de la competición, que te exigen viajar.
—Otra historia serán sus vacaciones, en jet privado.
—Sí, por suerte puedo disfrutar de mis vacaciones en esas condiciones.
—¿Tienes muchos negocios fuera de la F-1?
—Un par de cosas como inversión de mi dinero. Supongo que en el futuro montaré algo relacionado con los niños y las carreras de coches. Me encanta que progresen. Eso me motiva de verdad.
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