CARTAS AL DIRECTOR
Corpus Christi
Al parecer a la ministra de Defesa no le gusta el Corpus. Bueno, a muchos no nos gusta la ministra. Empatados pues. Se ha producido gran alarma porque Carme Chacón prohibió que se le rindan honores al Santo Sacramento. No es, desde luego, una noticia agradable, pero tengamos paciencia.
Acabo de asistir, en Amsterdam, a la procesión que, por séptimo año consecutivo, recorre durante una hora los canales, desde la cuidadísima iglesia de Nuestra Señora, en el Keisers Gracht, y vuelta. Hace siete años, coincidiendo con el 150 aniversario de la inauguración de la iglesia, se reinició esta tradición tras un paréntesis de cuatro siglos. La intrasigencia calvinista primero y la inercia más tarde, privaron a las calles de Amsterdam de la Procesión del Corpus, la Sacramentsprocessie, durante más cuatrocientos años: desde 1578. Hoy, tras la misa concelebrada por un arzobispo, dos obispos y diez sacerdotes, la iglesia se vació en pos de la custodia bajo palio. Como todos los años desde hace siete. Y los que quedan. Paciencia, pues. En no mucho tiempo nadie se acordará de Chacón, Zapatero será a lo sumo una nota a pie de página como aquel presidente de Gobierno ignaro que intentó, sin éxito, cambiar el ser y el sentir de los españoles. El Ejército volverá a rendir honores al Sacramento mientras suena el Himno Nacional. Seguro; y, como repetía Camilo José Cela, «paciencia y a barajar» que el futuro es nuestro.
Diego María Sánchez Bustamante
Holanda
¿Qué reforma laboral?
Por favor, ¿a quién quiere engañar el Gobierno, diciendo que quiere introducir como medida de la reforma laboral que las empresas en dificultades económicas puedan acogerse al despido de 20 días por año? Este despido existe ya y se llama «por causas objetivas». Insisto lo que los empresarios -que en muchos casos no nos sentimos en absoluto representados por la CEOE, y menos por Díaz Ferrán- necesitamos es el abaratamiento en un 50 por ciento del coste de la seguridad social, mayor flexibilidad en el pago de la misma, la eliminación radical de los convenios colectivos y la libertad de negociación trabajador-empresario.
Damián Avellán
Madrid
Acoso a las farmacias
El Gobierno ha aprobado recientemente -con improvisación, prisas y sin consenso- dos nuevas medidas de recorte del gasto farmacéutico que hieren de gravedad a las farmacias y nos obligan a tomar medidas indeseables. Queda patente una vez más que desprecian la importante labor sanitaria que venimos realizando. Nos parece tremendamente injusto. Creemos que el ciudadano no se lo merece. No sólo recortan pensiones y otras prestaciones sociales, sino que además deterioran la calidad de servicios tan básicos como el sanitario. Somos conscientes de la situación que vivimos. Entendemos que todos nos hemos de esforzar. Pero creemos que este esfuerzo debe repartirse de manera proporcional y equilibrada. Para compensar estos recortes inasumibles, las farmacias se ven obligadas a reducir horarios de atención al público, guardias y un puesto de trabajo por farmacia de promedio (en conjunto sería como si cerrara una gran empresa). Tal vez así logremos subsistir. Pero, ¿y el ciudadano?
Miguel Ángel Tovar Martínez
Barcelona
Bancos y seguros
Últimamente está de moda que las entidades bancarias inviten a sus clientes a hacerse los seguros (vida, hogar...) con las mismas, especialmente en los casos en los que un usuario solicita una hipoteca y se le concede. Ocurre también algo similar cuando un cliente tiene una hipoteca sobre un bien y le invitan desde la entidad a que se haga sus seguros, ya sean del bien hipotecado o de otros que nada tienen que ver con la obligación de la persona en cuestión con el banco.
Cualquier persona se dará cuenta de que todo ello perjudica al sector al que pertenezco, el de los seguros. Los mediadores, como es mi caso, nos estamos viendo gravemente afectados por estas contrataciones de seguros con entidades bancarias. No obstante, no trato de culpar a los bancos de nuestras pérdidas, ya que ellos, como cualquier empresa, buscan aumentar sus beneficios en la medida de lo posible. Lo que realmente pretendo es que este Gobierno, ocupado únicamente en la elaboración de «decretazos» y de «tijeretazos» se haga eco de ello; por el bien de los cientos de miles de mediadores que somos en España y, sobre todo, por el bien de los consumidores, puesto que en definitiva serán ellos los mayores beneficiados.
Juan Vicente Romero Lillo
Madrid
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