Más champán para Laporta
![AP Pep Guardiola da consignas desde la banda](https://s1.abcstatics.com/media/201005/17/NAC_DEP_web_65.jpg)
E. Y.
A Joan Laporta le va la marcha. Pasional como pocos, desatado en las celebraciones como ha demostrado últimamente, el presidente del Barcelona se despide de la entidad a lo grande. Se queda sin la final del Santiago Bernabéu, una obsesión que le tenía sin dormir, pero tiene una Liga más en su palmarés. Le queda un mes de lujo y placer en la poltrona del Camp Nou y ayer, con corbata azulgrana en el palco, se entregó en otra jornada empapada con champán.
Incuestionables sus éxitos deportivos, ha dejado episodios turbios que ensucian su legado. Enfrentado a lo que él mismo bautizó como «caverna mediática», deja las estanterías del museo repletas con cuatro Ligas, tres Supercopas, dos Ligas de Campeones, una Copa, una Supercopa de Europa y un Mundialito. Además, está el título simbólico del 2-6 en el Bernabéu y el contrato con Unicef.
Deprimido como estaba el club después de que Joan Gaspart asomara al abismo, Laporta rescató la ilusión con la era de Frank Rijkaard. Se activo el círculo virtuoso después de un primer año de tanteo y dio el gran salto Ronaldinho, que conquistó el cielo del Madrid. Pero se apoderó del vestuario la inercia de la autocomplacencia y ante los despropósitos del presidente se convocó una moción de censura (Oriol Giralt fue el promotor, un grano incómodo para el mandamás) que a punto estuvo de acabar con el laportismo (más del 60 por ciento de los socios bajaron el pulgar). Siguió Laporta por compromiso, pero le abandonaron un puñado de directivos y la entidad quedó herida.
Hasta que llegó Guardiola, que por mucho que Laporta presuma de contratarlo no era su prioridad (antes contactó con otros técnicos, entre ellos Mourinho). Ahora se retira con la Liga, pero quedarán siempre en la memoria tristes capítulos como la bajada de pantalones (literal) en el aeropuerto, los ya míticos gritos de «¡Al loro, que no estamos tan mal!», la fiesta en Luz de Gas con puro y champán, el despido de una empleada con la que mantuvo una relación, echar a su chófer del coche, espiar a miembros de la junta... Luces y sombras para un presidente que camina firme hacia la política.
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