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Antonio Fontán, «héroe de la libertad de prensa mundial»

El primer presidente del Senado en la democracia ha muerto en Madrid a los 86 años tras una larga enfermedad. Mañana será enterrado en el cementerio de La Almudena

Antonio Fontán, «héroe de la libertad de prensa mundial»

«Se cierra, por ahora, un periodo de más de cinco años de la vida de nuestro periódico, del que puede decirse sin jactancia que es una página importante de la historia de la Prensa contemporánea española, e incluso de la historia general del país en este último lustro, tan poblado de realidades como de frustraciones y esperanzas». Así se despedía Antonio Fontán de sus lectores el 26 de noviembre de 1971, en el que sería el último número del diario «Madrid», tras la orden ministerial dictada por el régimen franquista. Un régimen al que tantas veces tuvo que enfrentarse uno de los «héroes de la libertad prensa mundial».

Así fue reconocido Fontán, muerto esta madrugada tras una larga enfermedad , por el «International Press Institute» («Instituto de Prensa Internacional»), en mayo de 2000. Un reconocimiento merecido el de este periodista, político y catedrático emérito de la Universidad Complutense, que fue procesado por el franquismo en 19 ocasiones y multado otras 10, por mostrarse en sus publicaciones a favor de la democracia y en contra del régimen.

El que fuera primer presidente del Senado en la España democrática, pronto comenzó a participar en los círculos liberales de forma clandestina, poco después de licenciarse en Filología Clásica en Madrid, en 1944, e interesarse por la comunicación, a la que dedicó todo su esfuerzo: «Las tres profesiones que he ejercido a lo largo de mi vida son actividades que se mueven en el campo de la comunicación: comunicación de noticias, comunicación de saberes y comunicación de diálogo entre el pueblo y sus representantes en el Parlamento o en el Gobierno», comentaba Font en una entrevista concedida a ABC en julio de 1978 .

El mismo periódico en el que empezó a escribir Terceras desde muy joven, con 34 años, tan sólo tres después de acabar sus estudios en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Piezas como «Distinción del humanismo», del 17 de agosto de 1957, su primera aportación a ABC como «joven y eminente catedrátrico de Filosofía Latina del Estudio general de Navarra». Después llegaron Terceras como « El nuevo humanismo nacional », « Diálogos austriacos », « La lengua y la cultura », « La Universidad como corporación » o «Del espejismo africano a la presidencia europea», todas entre 1957 y 1959.

Y así continuó, con cientos de escritos hasta que su firma era ya la de ex-presidente del Senado: « Los tres pactos de la Transición », « La realidad nacional es España », « En defensa de la Constitución » o « España, estados y autonomías », del 11 de enero de 2007, hace tan sólo dos años, donde apuntó ideas como: «La unidad política de España es una realidad histórica y actual, sin discontinuidad desde hace más de quinientos años: no un invento de los constituyentes de 1978».

Pero su actividad periodística empezó con la fundación de la revista semanal «La Actualidad Española», de la que fue director entre 1952 y 1956, y más tarde fue director también de la revista mensual «Nuestro Tiempo», antes de ingresar en «Madrid», en 1966. Bajo su dirección, la publicación fue suspendida en 1968 y cerrada definitivamente el 25 de noviembre de 1971 , con la excusa de supuestas irregularidades en la financiación de la empresa editora.

Más tarde, «Madrid» se vio obligado a vender su patrimonio para hacer frente a las deudas contraídas, y el 24 de abril de 1972 se procedió a volar la sede del rotativo, en un acto simbólico que representaba uno de los primeros intentos de incursión en el terreno de los principios democráticos.

«Por primera vez desde abril de 1939 [en que fue fundado], el diario de la tarde “Madrid” no ha podido publicarse hoy», podía leerse en ABC el 1 de junio de 1968 , donde se informaba de la primera suspensión del periódico por un artículo de Calvo Serer en el que indirectamente, y mediante una sutil comparación con Charles De Gaulle, se pedía la marcha de Franco del poder, además de por «publicar información relativa a sucesos estudiantiles […] y unas declaraciones del profesor Balcells, rector de la Universidad de salamanca y procurador de la Cortes, tituladas “El vacío político del país y los límites al pluralismo repercuten en la Universidad”».

Actos de valentía contra la dictadura que continuaron durante toda su vida, entre la política y el periodismo, haciendo historia y apostando, siempre, por la libertad y la democracia: «Aquí había tres posibilidades de evolución política: la ruptura, la reforma y el cambio. Yo me coloqué decididamente en la línea del cambio político, puesto que no se trata sólo de reformar las estructuras y los principios del régimen anterior, que no tenía posibilidad de transformarse en una democracia», dijo en 1979, un Fontán considerado una de las personalidades más carismáticas y brillantes de la prensa española, que contribuyó de manera notable a la libertad política y la paz civil en España.

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