El cómic de Merkel: de «hija» de Kohl a «madre» de Alemania

No está claro cuándo sucedió pero en algún momento de los últimos años Angie dejó de ser “la niña de Kohl” y pasó a ser Merkel: la madre -y también canciller- de Alemania.
En viñetas intentan explicar ahora, la periodista Miriam Hollstein y el dibujante de prensa Heiko Sakurai, alemán de origen japonés, "cómo Angie se convirtió en nuestra canciller", subtítulo de la obra, repasando la vida, peinado y milagros de este atípico animal político, entre irremarcable y rotundo, que es Angela Merkel.
En "Mis Tschärmanie", que en alemán suena a “Miss Germany”, lo que ya es una ironía para el patito feo de la política que sobrevivió a los cancerberos del partido y diversos atentados de imagen y peluquería: “Como secretaria general de la CDU sus pelos eran un desastre”, dice Sakurai, quien sin embargo se reconoce sorprendido por “la mirada de Merkel, que no ha cambiado desde que era niña”.
Hollstein, que se inspiró para la idea en un libro de cómic que vio en París sobre el presidente Sarkozy, hace repasar la vida de esta hija de un pastor protestante y su inverosimil carrera hasta ser conocida como la mujer más poderosa del planeta a dos de sus encarnizados adversarios, uno del partido de enfrente, Gerhard Schröder, y otro del propio, Edmund Stoiber.
El predecesor socialdemócrata y el bávaro que hubiera querido estar en el lugar de Merkel comentan en una escena ficticia de bar sobre “la niña” del ex canciller Helmut Kohl y su improbable biografía. Hollstein elogia el cómic “como forma de poder fabular aquello que realmente pasó pero no sabemos cómo”.
De la irremarcable vida de estudiante y doctoranda en ciencias en la socialista RDA, a su inopinada entrada en política en el curso del movimiento popular que llevó a la reunificación alemana, su ingreso en la Unión Democristiana y la carambola que la sentó en los dos últimos dos gobiernos de Kohl.
Los dos jubilados zorros de la política, Stoiber y Schröder, rememoran cómo Merkel terminó desplazando a Kohl en medio de un escándalo, pero cómo aún tuvo que ceder por las bravas la candidatura a la cancillería al poderoso barón bávaro, en 2002; la derrota de éste, a manos de Schröder, y luego también de éste otro a manos de Merkel, por fin en 2005, hasta ser la primera mujer canciller de Alemania.
La noche de nostalgia en el bar resulta ser la de las próximas elecciones de septiembre, en que la que es calificada ya como “la madre de Alemania”, tanto por sus principios y valores como por su pedagogía social y también liberal, parece dispuesta a repetir elección y terminar de hacer historia, aunque sea con un punto de humor.
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