
¿Ahorrar compartiendo? Aplicaciones y páginas web que apelan al consumo colaborativo
Sectores como el alojamiento turístico o los transportes son los principales afectados por una nueva forma de redistribuir recursos
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1234567Un poco de contexto
Uber ha sido ejemplo de la controversia entre ilegalidad o consumo colaborativo - REUTERS Ahorrar compartiendo. Esa es la máxima del llamado «consumo colaborativo», un concepto económico que ha acelerado su interés en los últimos años al tiempo que se popularizaba internet. Poniendo en un brete a negocios tradicionales, desde hace varios años ha surgido una oleada de plataformas que se mueven en un limbo legal por el que apelan a unir esfuerzos para aprovechar recursos.
Y han venido ganando posiciones en los últimos tiempos, catapultadas en parte por polémicas vividas como Uber en el sector de los transportes o AirBnb, en el caso de los alojamientos turísticos. En cualquier caso, los expertos en el economía consideran que este tipo de consumo en el que cualquiera puede ofrecer sus bienes se convertirá en parte fundamental del sistema en los próximos años. Y España se mantiene entre los países europeos con mayor potencial. De hecho, según datos de consultora Nielsen el 55% de los españoles están interesados en este nuevo paradigma económico.
Compartir coches y trayectos
Protestas en Brasil por la popularización de Uber - REUTERS Y las propuestas abundan. En todos los ángulos y en todos los sectores, arremetiendo contra los modelos tradicionales que se ven obligados a reaccionar ante una nueva propuesta de compartir bienes y servicios. En el caso de los trayectos, diferentes páginas y «startups» han aparecido como mecanismo para favorecer ese ímpetu colaborativo.
Ejemplo de hecho es BlaBlaCar, que bajo la premisa de conectar conductores con pasajeros para compartir coche se ha hecho un hueco como fórmula de repartición de gastos. «Comunidad de confianza» y «perfiles certificados» avalan esta propuesta para organizar el viaje de una manera «ahorrativa». Cubren trayectos interurbanos, por lo que se quedan en el arcén de la polémica vivida entre el sector del taxi y la aplicación Uber, prohibida en algunos territorios y países. «Estamos dentro de la legalidad», reiteraba la empresa en una entrevista concedida a ABC, dado que los usuarios no obtienen beneficios y se considera «lícito compartir gastos del coche».
El uso compartido del automóvil ha llevado a Carpooling a maniobrar sobre esta senda. La página se exhibe como mecanismo para «encontrar» gente con la que compartir el coche. Transporta a más de 1.3 millones de personas al mes entre más de 40 países. Aquí se puede introducir un viaje y esperar a que otro usuario decida sumarse a la propuesta.
«Ya no viajo solo», asegura un usuario de Amovens, otra plataforma similar, pero creada 100% en España en 2009. Permite alquilar el coche bajo la tesis del llamado «P2P carsharing». Más amplio es el abanico de propuestas de Carpling, que ahonda en la privacidad («sólo mostramos información de otros usuarios a miembros registrados en esta comunidad», reza la empresa en su página web). Permite compartir coche, taxi o tren. Precisamente, BusVao busca usuarios con «un trayecto similar» mediante un mapa, un tanto caótico, y un buscador.
Otra idea de consumo colaborativo se centra en el alquiler de coche entre particulares. SocialCar parte de esta idea para anunciarse como «Mi coche es tu coche». La empresa dice ofrecer asistencia en carretera 24h y cobertura nacional e internacional en caso de incidentes. Su marco de actuación es España. La idea es intentar rentabilizar el vehículo cuando no se use a tenor del contexto que dice tener nuestro país: la mayoría de vehículos permanece aparcada el 95% del tiempo. Para evitar problemas derivados de la desconfianza del usuario, la empresa, que ejerce de intermediaria, revisa el vehículo, entrega las llaves y se ocupa de su recogida.
Fundada en 2011, Cabify ayuda a localizar a un chófer particular. Es tener a disposición coches de lucho como transporte. El servicio consiste en que el usuario solicita a través de la aplicación móvil o sitio web un vehículo con conductor, que le llevará hasta el lugar de destino que haya indicado por un precio estimado conocido de antemano.
Compartir parking
Una persona sale de un parking con su vehículo - EFE El aparcamiento, en las grandes ciudades, supone un gran quebradero de cabeza. En muchas ocasiones caro y alejado de la residencia habitual. «Alquila por horas o días tu plaza de garaje». Así se anuncia ParkingHood, un servicio que apela a ahorrar dado que «los precios actuales no están justificados ya que el problema no es la falta de sitios, sino su infrautilización».
En su idea por la redistribución, Parclick ofrece la posibilidad de contactar con una persona que desea «ceder» temporalmente su plaza de garaje. Un mapa atestigua las propuestas y el precio, así como el tipo de vehículo a utilizar. De la misma manera, la plataforma Parkfy pone en contacto a particulares que desean alquilar su plaza de garaje con aquellos quieren aparcar su coche en el centro de las ciudades. Para el arrendamiento de la plaza de alquiler el usuario puede solicitar el espacio durante horas, días sueltos, una semana o un fin de semana. No, así, por periodos más largos, como el de varios meses seguidos.
A diferencia de las anteriores propuestas, Wazypark es una «app» española de «crowdparking» que avisa en tiempo real sobre sitios libres donde aparcar en la calle gracias a la colaboración de la comunidad.
Compartir bicicletas
Manifestación en Madrid para apoyar el uso de la bicicleta como transporte - ISABEL PERMUY Imagina un producto. Cualquiera. Puede que para otra persona tenga valor pero no desee, por falta de dinero o poco uso, tenerlo en propiedad. Pues también es posible compartir bicicletas. «Fácil, rápido y seguro». Así se presenta PhiLock, una plataforma que, mediante la geolocalización, es posible encontrar una bicicleta al lado de casa para darle un uso. A través de la aplicación se puede candar este transporte ecológico más cómodamente, ponerla en alquiler y alquilarla a otra persona. Para ello, se utiliza un sistema de anclaje especial que facilita la compañía.
Pone en contacto «con dueños de bicicletas de confianza de todo el mundo». Es Spinlister, que permite incluso «alquilar» tablas de surf o de nieve. Nació en 2012 en San Francisco, mientras que Socialbicycles da un paso más allá proporcionando un dispositivo para localizar, de forma inteligente, las bicis en las calles de Nueva York.
Compartir tren
Un grupo de viajeros espera a subir a un tren AVE - efe Esta propuesta es más delicada, puesto que el billete de tren de larga distancia garantiza el acceso a un sillón durante un trayecto. Pero hay quienes se las ingenia para sacarle partido a la tarifa mesa de Renfe, el principal proveedor de servicios ferroviarios de España, que contempla descuentos de hasta 60% en caso de adquirir cuatro billetes con mesa. La idea de Truecalia rueda hacia ese escenario incorporando un buscador de sencillo uso.
Mismo concepto es el practicado por la web ComparteTren, que permite ponerse en contacto con personas que desean compartir un mismo viaje con el AVE. También ofrece la posibilidad de revender los billetes apelando a la ide que, en principio, no son nominativos sino transferibles antes del comienzo del viaje siempre que cumplan con las Condiciones Generales de Venta de Renfe (apartado 3.3.5), aunque la decisión del ministerio de Fomento de introducir un billete identificativo ha trastocado los planes de este tipo de páginas que se dedicaban a vender los billetes a otras personas.
Compartir espacio de trabajo
Cosfera es ejemplo de trabajo colaborativo en Córdoba - efe El llamado «coworking» es, sin lugar a dudas, una de las categorías más exitosas del consumo colaborativo y que emprendedores y pequeñas empresas intentan sacar partido y ofrecer una forma nueva de trabajar. Así, páginas como CoworkingSpain, -directorio de espacios en el ámbito español-, eWorky, SpaceBee -enfocado a entornos de aprendizaje- o CoworkingOn se han sumado a una tendencia cada vez mayor de optimizar recursos logísticos. Desde ellas, los usuarios pueden localizar espacios que mejor se adapten a las necesidades. En España existen multitud de «startups» ubicadas en diferentes puntos geográficos como Cosfera, que opera en Córdoba.
Compartir alojamiento turístico
Una persona entrega las llaves de su domicilio a unos viajeros - archivo Alojarse a un menor precio, ahorrar y proporcionar un espacio al turista. Las páginas web y servicios de alojamiento turístico temporal han agitado en los últimos años un sector tan tradicional y rentable como el turismo. Funcionando en todo el mundo y siendo la punta de lanza de una nueva manera de viajar, AirBnB permite alquilar a través de internet. Fundada en San Francisco en 2008, se ha enfrentado a las administraciones y los hoteles al considerarlo prácticas ilegales y competencia desleal. En este caso, el huésped paga una comisión de entre el 10% y el 12% y el anfitrión recibe un 3% del precio total.
Wimdu es otra de las que salen a flote en esta polémica en la que este tipo de «startups» exigen una remodelación legal. Con sede en Berlín, el portal para apartamentos urbanos señala como sus mercados más importantes a España, Italia, Alemania, Francia y Reino Unido. Rentalia -propiedad del gigante inmobiliario Idealista- se centra en encontrar casas de vacaciones en la playa o rurales en el interior.
Propiedad de TripAdvisor, la web Niumba -creada en 2005- mezcla propietarios que desean alquilar su vivienda y viajeros. Actualmente, cuenta con más de 50.000 propiedades de alquiler vacacional en España.
AlterKeys es una de las mayores plataformas de alquiler de viviendas por internet de Europa con más de 100.000 casas en 5.200 ciudades en Europa. Al dueño de la vivienda, que gana dinero por ceder espacio de forma temporal, solo se le entrega el dinero cuando el viajero certifica que no hay ningún problema, algo similar a lo ofrecido en este sector Homelidays. Como aspecto distintivo del resto, MagicEvent ayuda a localizar espacios utilizables para eventos de negocio.