Este ha sido un buen año para los dispositivos «wearables» -vestibles, en español-, sobre todo para los que se llevan en la muñeca. Hemos visto muchos nuevos productos. Los primeros relojes inteligentes ya han llegado a un punto de madurez donde se pueden considerar una opción seria y real como complemento de nuestro teléfono móvil.

Aunque, al igual que les pasaba a los primeros sistemas de manos libres Bluetooth, todavía les queda mucho por ver y evolucionar, ya que, prácticamente todos adolecen del mismo problema: la duración de la batería, su tamaño y sus verdaderas prestaciones. Muchas e interesantes propuestas han surgido en los últimos meses pero su acogida y recepción entre el público masivo ha sido más bien escasa.

Nuestra primera opción es el Moto 360, el primer «smartwatch» del mercado que mostró un concepto de pantalla esférica. Ya lleva unos meses con nosotros y los comentarios de los usuarios son muy positivos. Una pantalla retroiluminada LCD y el sistema operativo Android Wear instalado le hacen una interesante elección.

Pero, la verdad, su mayor atractivo es que este es el que más aspecto de reloj tiene gracias a su esfera redonda y a sus dos diseños en plateado y negro. Muchos se han quejado de que el procesador que incorpora no es precisamente el más rápido del mercado, pero en su uso normal es inapreciable.

Tiene reconocimiento por voz, similar al que se observa en el Nexus 5 o el Moto X. Por tanto, no hace falta tocar el reloj para activar el sistema de reconocimiento. Es decir, está «siempre escuchando» y se enciende con la palabra clave «Ok, Google». Una vez que escucha las palabras mágicas, se le puede hacer una consulta, como preguntar el Tiempo, revisar el correo o pedir una dirección. Esto otorga mucho más movilidad a un dispositivo que trata de evitar la dependencia a las pantallas.

Nuestra segunda opción es el Samsung Gear S, uno de los primeros en incorporar una tarjeta SIM independiente que ofrece la posibilidad de realizar llamadas (compatible con 3G). Importante para evitar la dependencia del móvil, sí, pero que provoca un consumo excesivo de la batería.

En cualquier caso, Samsung lleva tiempo «experimentando» con relojes inteligentes, y se le puede considerar, junto a Sony, como uno de los pioneros en este campo. Su nueva propuesta, intentando diferenciarse del resto es un independiente del teléfono móvil, el único, que no necesita estar constantemente conectado a otro dispositivo. Además, la pantalla curva le otroga un gran aspecto, perdiendo así la forma cuadrada del resto de modelos de la firma surcoreana.

Este reloj tiene una memoria interna de 4 GB, que permite almacenar una buena cantidad de contenido, por ejemplo, canciones.También incorpora sensores propios, como giroscopio, GPS y barómetro.

Samsung ha apostado en esta ocasión por el sistema operativo Tizen, en lugar de Android Wear, el que parece que se va a estandarizar entre los relojes inteligentes antes de la llegada del esperado Apple Watch. Tizen es un software al que Samsung está tratando de dar mayor visibilidad y la meta es que se convierta en una alternativa a Android. ¿Lo conseguirá?

El recién lanzado LG G Watch R es el mayor competidor del Moto 360, ya que son los dos únicos modelos con pantalla esférica. Su gran diferencia está en el diseño. La pantalla de 1.3 pulgadas está rodeada por la clásica corona con las marcas que dan la hora.

Además, a diferencia del Moto 360, la pantalla es completa, ya que el modelo de Motorola tiene una pequeña franja negra donde se encuentra el sensor de luz. Eso sí, la pantalla cuyo estándar de mercado parece haberse situado en 1.6 pulgadas, es más pequeña que el resto.

Por tanto, lo más llamativo de este dispositivo es su pantalla OLED circular fabricada en plástico. También cuenta con un marco fabricado en acero inoxidable. Además, ofrece la certificación IP67 que acredita que el reloj es capaz de sumergirse a un metro durante 30 minutos además de ser resistente al polvo.

En su interior reside un procesador Snapdragon 400, de Qualcomm, a una frecuencia de 1.2 GHz y una memoria RAM de 512 MB, unos guarismos similares a los ofrecidos por otros modelos de dispositivo de muñeca del mercado. Uno de los mejores aspectos es su batería de 400 mAh, que ofrece una autonomía de unos dos días.

Sony probablemente ostenta, entre los grandes fabricantes, el título de primer «smartwatch» del mercado. Pero la firma japonesa ha ido evolucionado sus relojes hasta llegar al Sony SmartwWatch 3, equipado con Android Wear y una pantalla de 1.6 pulgadas. Destaca por ser el único que es totalmente sumergible y no solamente a 1 metro durante 30 minutos como el resto. Además, ofrece un diseño moderno, pero bastante más deportivo que los anteriores.

El dispositivo de muñeca cuenta con 4 GB de memoria interna y conectividad Bluetooth y GPS y, al igual que otros dispositivos «wearables» con Android Wear, permite aceptar o rechazar llamadas, aunque en el caso de aceptarlas haya que utilizar el teléfono para contestarlas. También permite seleccionar aquellas notificaciones de WhatsApp, SMS o correo electrónico que uno desee que aparezcan en el reloj y consultarlas desde el mismo.

Garmin VivoSmart está concebido como pulsera para el fitness, aunque hace las labores de reloj inteligente, mediante notificaciones. No tiene el aspecto de un reloj como el resto, probablemente recuerde más a las primeras pulseras de fitness como las de Nike, pero con pantalla incorporada.

Lo malo es que no incorpora Android Wear, por lo que dependemos del software de Garmin. Esto, unido a que, evidentemente, la pequeña pantalla no deja revisar las notificaciones con la misma comodidad que el resto de modelos, le diferencia del resto. Eso sí, tiene muchos aspectos positivos como la duración de la batería.

Este dispositivo con pantalla OLED mide los pasos, recibe notificaciones inteligentes (correo electrónico, llamadas), ofrece la actividad y cuenta con un pulsómetro. Una solución acorde al mercado que ofrece las características básicas.

Tom Tom no ha querido perder la oportunidad de entrar en el mercado de «wearables» con un reloj para medir nuestro rendimiento al hacer deporte, desde el ritmo cardiaco a la distancia recorrida. El Runner Cardio es una alternativa a otros relojes pero pensado para otro tipo de público. Eso sí, no cuenta con una pantalla táctil, sino que se maneja mediante un controlador Pad direccional.

Pensado para deportistas intensivos, este interesante reloj mezcla lo que mejor sabe hacer la marca (un sistema de mapas e indicaciones con la ruta gracias al GPS integrado) con funciones de medición de los niveles de ejercicio. Lo mejor, es que el sistema de medición de frecuencia cardiaca viene incorporado y no hacen falta bandas en el pecho. Y funciona, además, de manera precisa y rápida.

Pebble ha sido el primer «smartwatch» comercial que podemos decir que ha tenido cierto éxito y aceptación. Salido de una campaña de recaudación de Kickstarter el año pasado, hace poco han renovado su reloj con un nuevo aspecto, menos casual y más formal gracias a un acabado metálico. La gran ventaja del Pebble Steel es su pantalla de tinta electrónica que le confiere más de una semana de batería y que se puede leer perfectamente bajo el sol.

Tiene una duración de entre 5 y 7 días y se ha mejorado la pantalla, entre otras cosas, con la incorporación de una protección en Gorilla Glass. Además, es resistente al agua y polvo. Por si fuera poco, también se ha mejorado la memoria RAM, que pasa de los 4 MB a 8 MB de esta versión.

La alternativa más económica para tener un «smartwatch» es la de Asus con ZenWatch, pero claro, perdiendo algunas de las características de los modelos anteriores, como la resistencia al agua, ya que no aguanta una inmersión. Viene equipado con Android Wear, carcasa metálica y correa de cuero, es una buena solución a tener en cuenta.