Diez nombres de pila que agonizan en España
Doña Urraca, esculpida por Juan Pascual de Mena - wikipedia

Diez nombres de pila que agonizan en España

Prepedigna, Auxibio, Canuta o Ursicio casi han desaparecido del padrón

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Prepedigna, Auxibio, Canuta o Ursicio casi han desaparecido del padrón

1234567891011
  1. La última Urraca

    Doña Urraca, esculpida por Juan Pascual de Mena
    Doña Urraca, esculpida por Juan Pascual de Mena - wikipedia

    Urraca se llamaba la hija de Fernán González y reina de León, Navarra y Aragón, la indomable y brava hija de Alfonso VI que reinó en Castilla y León (1080-1126), la esposa de Alfonso II de Portugal y otras reinas y damas de la alta nobleza española. Fue un nombre egregio muy frecuente en León y Castilla entre los s. X y XIV, que hundía sus raíces en el primitivo Reino de Pamplona y el Pirineo aragonés. En 2012, sin embargo, solo una nonagenaria en toda España llevaba por nombre Urraca.

    «Se ha perdido su significado de origen, que seguramente no tuviera que ver con el ave, pero hoy este nombre ha quedado marcado», señala Albert Turull, profesor de Onomástica en la Universidad de Lérida y secretario de la Sociedad de Onomástica.

    La asociación a un concepto peyorativo, a veces a causa de un refrán o una canción, destierra al desuso a nombres que incluso gozaron de gran popularidad, según explica Turull, que pone de ejemplo el de « Ramona». En la década de los 30 se contabilizaban 6.172 mujeres así llamadas, en la de 2010 solo 15. «Ramón ha bajado pero no tanto como su variable femenina y en gran parte por la canción ofensiva que asoció el nombre a una mujer pueblerina, ignorante y obesa», apunta el profesor de Onomástica.

    «El que un nombre parezca feo, rústico o malsonante, no es por su significado etimológico, ni siquiera por su fonología, sino por lo que asociamos con este nombre», explica Roberto Faure, autor del «Diccionario de nombres propios» (Espasa-Calpe). «Francisca suena actualmente a rústico, a antiguo, a un nombre más propio de nuestras abuelas que del siglo XXI», recuerda inevitablemente al hipocorístico Paca «que se nos antoja de intolerable vulgaridad y rusticidad» y sin embargo, «nada de eso ocurre con la forma Francesca, cada vez más usual en España que corresponde a la forma catalana e italiana de este nombre».

    En los antropónimos (los nombres propios de persona), siempre ha habido una evolución, aparecían nombres nuevos que desplazaban a otros. Hacia los siglos XI y XII, se pusieron de moda durante la Reconquista, los nombres visigodos que recordaban el esplendor de una época añorada en que toda la Península Ibérica estaba bajo el mando de un único y cristiano soberano. «De ahí la fama de Rodrigo, el último rey visigodo», explica el filólogo , quien sin embargo añade que este nombre «también se popularizó a partir del s. XII por el prestigio de Rodrigo Díaz, el Cid, cuyas hazañas se cantaban en los romances y cantares de gesta, y lo mismo podemos decir de nombres como Pelayo, Ordoño, Fernando, Sancho, etc., nombres todos que hacían referencia a personajes reales».

    Nombres que languidecen

    Si en el siglo XIII la costumbre de recurrir al santoral condenó al ostracismo a estos nombres visigodos, de forma que solo pervivieron en el uso los encarnados por santos, hoy son los religiosos como Iluminación, Visitación o Presentación los que languidecen desde los años 80 por el deseo de modernización de la sociedad. «En los últimos 30-35 años la evolución se ha convertido en una revolución», dice Turull.

    Han caído en declive los nombres largos como Magdalena, Esperanza o los compuestos, a excepción de los patronos en algunos lugares. Las advocaciones marianas («María de ...») que llevaban en su nombre el 60% de las mujeres de principios del siglo XX, se han desplomado entre los escogidos por los padres de hoy. Solo María, a secas, se mantiene aunque no con la popularidad que alcanzó en otros tiempos. «María no se imponía en la Edad Media. Empezó a propagarse en el siglo XVI con los jesuitas, al igual que Jesús. Antes había una prevención, una línea roja, era casi una blasfemia osar a poner estos nombres», explica el profesor de Onomástica de la Universidad de Lérida, que añade cómo «Jesús no llegó a ser mayoritario, lo fue más su equivalente Salvador».

    Nombres de Antonio, Manuel y José, que constituían la mitad de los masculinos a inicios del siglo pasado, hoy se imponen en la mayoría de los casos solo por tradición familiar. «Hay nombres como Mariano -continúa Turull- que se asocian a personas de cierta edad». En la década de los años 40 y 50 se llamaba así a más de 10.000 hombres, mientras que en la última hasta 2010 apenas a 168.

    Ahora triunfan los nombres cortos -Carla, Paula, Julia, entre los femeninos o Marcos, en masculinos- y los inspirados en personajes famosos, cantantes y actores, con lo que caen en desuso los tradicionales. «En paralelo a este descenso, los que eran minoritarios pueden llegar a desaparecer», añade el experto de la Sociedad de Onomástica.

    Madriguera y Huerta de Rey

    A sus 90 años, Leocracia es probablemente la única en conservar este nombre en España. Ahora vive en una residencia en Riaza (Segovia), pero ella y sus hermanos Eutimio y Eufrasio, ya fallecidos, nacieron en el vecino Madriguera, un pequeño pueblo de 11 habitantes que durante largo tiempo mantuvo la costumbre de poner a los recién nacidos el santo del día. Allí sigue viviendo Pantaleón y la mayor parte del año Onésimo.

    Aunque la localidad con mayor número de personas con nombres raros, que se ha ganado con ello un récord Guinness, se encuentra en Burgos. En Huerta de Rey no hay ninguna Urraca, ni ninguna Leocracia, pero sí una Burgundófora Cancionila, Especioso, Beraquisio, Elacio, Austringiliano, Dativa, Ninfodora, Teotiste... La web del Ayuntamiento muestra más de 380 nombres raros en este pueblo de unos 900 habitantes.

    Un secretario del Ayuntamiento que ocupó el cargo a finales del siglo XIX, Adolfo Moreno, inició esta tradición en Huerta de Rey. «En éste, como en casi todos los pueblos, los apellidos se repiten y la gente tenía la costumbre de poner a los recién nacidos el nombre de su padre o su abuelo. Cuando llegaba el correo, había problemas. ¿A quién le damos la carta? No había direcciones. A mi abuelo se le ocurrió coger el Martirologio Romano y proponer a los padres el santo del día», explica su nieto Hierónides Ranulfo Moreno, que comparte el particular nombre de Hierónides con otro natural de Huerta del Rey que reside en Alicante.

    El filólogo y natural de Huerta de Rey Hermógenes Perdiguero, cree que «no se puede considerar propiamente una costumbre el poner nombres curiosos o raros», porque esa consideración «es variable con el tiempo: lo normal de hace unos años, hoy parece extraño». Solo algunos eligen intencionadamente nombres menos frecuentes en la actualidad, como los de origen clásico y germánico como Firmo, Vistila, Heliodoro, Sindulfo, Wilfredo... «Algunos mantienen los de sus padres, pero como en otros lugares obedecen a modas: antes eran nombres de Vírgenes y hasta hace unos años nombres relacionados con la naturaleza: Alba, Marina, Nieves...», añade el profesor de la Universidad de Burgos que lleva por nombre «hijo de Hermes, mensajero de los dioses».

    A la pregunta de si le ha resultado útil en su vida un nombre raro, Hierónides Ranulfo responde sin dudar: «Absolutamente sí». «A mí me mandan una carta y aunque no pongan apellido ni dirección, con toda seguridad la recibo», añade el vecino de Huerta de Rey que sólo ve un inconveniente: «Hay que deletrear el nombre en muchas ocasiones».

    Orgulloso de su nombre, Hiéronides ve con tristeza cómo se está perdiendo en Huerta de Rey esta costumbre de la que se sentían orgullosos sus vecinos en un famoso anuncio publicitario hace tres años. «Ahora ya no se ponen con tanta frecuencia como entonces, abundan esos nombres modernos, muchos vascos», se queja.

    Nombres como Unai o Ainara han llegado a esta localidad burgalesa en un fenómeno que se extiende por todo el país. «Se están incorporando muchos nombres regionales y ahora no es extraño encontrar en Castilla nombres vascos como Iker o nombres guanches, que ya se pusieron de moda en Canarias hace un par de décadas», explica el filólogo y novelista Roberto Faure.

    Las modas de hoy «son efímeras y nombres que hace unos años estaban en lo alto del «ranking”, hoy en día han sido sustituidos por otros nombres surgidos de los nuevos y evanescentes ídolos de la televisión, el cine o la prensa del corazón», según constata el autor del «Diccionario de nombres propios». Nombres que surgieron en los años 60 y 70, como Lorena, Leticia, Israel, Rubén, correspondían a personajes de actualidad en aquel momento «aunque apenas haya quedado nada de su memoria», continúa Faure, quien señala cómo ahora «se difunden como la pólvora» nombres de personajes de efímera actualidad, como los que aparecen en programas de televisión de éxito como Gran Hermano u Operación Triunfo. «Dentro de treinta o cuarenta años, cuando un investigador intente descubrir por qué a principios del 2000 hubo un brote de niñas a quienes se les impuso el nombre de Ania o Chenoa, es probable que no consiga descubrirlo», añade.

    De su diccionario, Faure considera que hoy «no se emplean más del 10% de los nombres» aunque no descarta que el creciente interés de los padres por conocer el origen de los nombres lleve a recuperar algunos hoy olvidados. «Hay nombres mitológicos antiguos como Teseo o Perseo, que podrían ponerse de moda, ¿por qué no?».

    «Los nombres no desaparecen. Están ahí», subraya. Quizá en un futuro vuelvan a imponerse los diez nombres que recogemos a continuación, con la mayor edad media de las estadísticas del INE.

  2. Prepedigna

    Con el nombre de Prepedigna ya solo aparecen 22 personas con una edad media de 81,1 años en el último registro del Instituto Nacional de Estadística. En los años 30 fueron inscritas las últimas seis mujeres. Su variante en masculino, Prepedigno, ni siquiera figura en la estadística del INE.

    El libro «Los nombres de pila españoles» (Ediciones del Prado, 1998) de la profesora de Lengua Española y Teoría de la Literatura de la Universidad Complutense de Madrid Consuelo García Gallarín señala que el nombre quizá esté compuesto de praepes-petis «raudo» y dignus «merecedor», nombre cristiano.

    Era más frecuente en León, Palencia, Soria y en su versión masculina de Prepedigno en Burgos, Soria.

    Prepedigna, esposa de Claudio, fue quemada viva en Ostia junto a su marido y sus dos hijos Alejandro y Cucías por orden de Diocleciano al haberse convertido al cristianismo y sus cenizas se echaron al mar junto a las de Gabinio y Máximo. Su fiesta se celebra el 18 de febrero.

  3. Afrodisia

    Busto de Afrodita
    Busto de Afrodita - efe

    Un total de 37 españolas llevan por nombre Afrodisia, aunque su media de edad ya se sitúa en los 80 años, según recoge el INE.

    Nombre griego latinizado en Aphrodisius «perteneciente a Afrodita, al amor», según recoge el «Diccionario de nombres propios» de Roberto Faure Sabater (Espasa-Calpe).

    El santoral registra varios santos de tal nombre en masculino, entre ellos dos mártires, uno egipcio sacrificado en Alejandría en el año 70 (fiesta el 14 de marzo) y otro africano, del siglo V, ejecutado por los vándalos (fiesta el 28 de abril)

    García Gallarín señala en «Los nombres de pila españoles» que Afrodisio y Afrodisia proceden de Castilla, Galicia, Aragón y Andalucía.

  4. Canuta

    Muerte de Canuto IV de Dinamarca en 1086
    Muerte de Canuto IV de Dinamarca en 1086 - wikipedia

    Aunque nunca fue un nombre mayoritario, aún con el nombre de Canuto figuran 76 hombres cuya edad media es de casi 70 años. En su versión femenina, sólo quedan 23 mujeres llamadas Canuta con una edad media de 79,7 años.

    La forma castellana Canuto procede de la latinizada Canutus, adaptación del NP escandinavo Knud o Knut de etimología incierta, aunque hay distintas hipótesis, desde la raíz nórdica knyj, «vencedor», o el anglosajón kind, «estirpe», o knütr, «nudo», según el «Diccionario de los nombres» de Faure.

    Nombre de origen danés, fue llevado por seis reyes de Dinamarca entre los siglos X y XIII, y por un rey de Suecia.

    Su difusión como nombre de bautismo se debe a san Canuto o Canuto IV el Santo, rey de Dinamarca del año 1080 a 1086 y patrón de la nación. Canuto IV el Santo fue atravesado por una lanza mientras rezaba en la iglesia de madera de San Albano en Odense en 1086. En 1101 fue canonizado y en 1300 él y su hermano fueron enterrados en la nueva Catedral de San Canuto, en Odense. Su fiesta se celebra el 19 de enero.

  5. Exiquia

    Documento en Internet con el nombre de una Exiquia fallecida en Texas en 1927
    Documento en Internet con el nombre de una Exiquia fallecida en Texas en 1927 - find a grave

    Apenas quedan 31 mujeres en España con el nombre de Exiquia con una edad media de 79 años.

    «Aunque la fuente no registra las variantes Hesiquio, Esiquio, creemos que se trata del nombre griego Esychios, de ésychos “tranquilo”. Descartamos que sea un derivado de sequi “seguir” significando “el que sigue a Dios”», señala la filóloga Consuelo García Gallarín en «Los nombres de pila españoles».

    Coincide Roberto Faure en señalar que es una variante de Hesiquio o Esiquio con hipercorrección de s en x aunque en su diccionario de los nombres solo aparece en la versión masculina.

    San Hesiquio o Isicio fue un legendario discípulo de Santiago el Mayor, uno de los siete Varones Apostólicos junto a Torcuato, Tesifonte, Indalecio, Segundo, Eufrasio y Cecilio. Fue martirizado en Cazorla (Jaén) a fines del siglo I. El 15 de mayo se celebra su romería.

    Su nombre era más común en Castilla-León y Extremadura.

  6. Parmenia

    Solo quedan 34 personas llamadas Parmenia en España con una edad media de 78,8 años
    Solo quedan 34 personas llamadas Parmenia en España con una edad media de 78,8 años - archivo

    Un total de 34 personas se llaman Parmenia en España, según los datos del último Padrón Continuo de enero de 2013. La edad media de las mujeres con este nombre de pila es de 78,8 años.

    Parmenia dejó de ponerse ya en la década de 1950, según muestran las estadísticas del INE.

    De origen griego, el nombre fue latinizado en Parmenius, derivado del verbo «quedarse con uno, serle fiel, persistir». Debe su difusión como nombre de bautismo a san Parmenio, mártir en Persia en el siglo III (su fiesta es el 22 de abril), según el «Diccionario de nombres propios» de Roberto Faure.

    Hubo un Parmenio, general de Filipo y de Alejandro Magno, que vivió entre el año 399 y el 329 a.C.

  7. Domicia

    La emperatriz romana Domicia Longina
    La emperatriz romana Domicia Longina - wikipedia

    Aunque no ha sido un nombre mayoritario en el siglo XX, en la década de los 70 aún se registraron 5 personas en su variante masculina, Domicio. Hoy quedan 72 hombres llamados así, con una edad media de 67, 3 años. En su versión femenina de Domicia apenas viven 22 mujeres con una edad media de 78 años.

    Del latín «domitius» y éste a su vez proveniente de «domito» que significa «dominar» o «acostumbrar a la domus o casa», según el libro «Los nombres de pila españoles».

    Domicia Longina fue una emperatriz romana del siglo I. Casada con el emperador Domiciano, fue madre de dos Vespasianos que murieron jóvenes y terminó por encabezar la conjura que acabó con la vida de su marido y llevó al poder a Nerva. También llevó el nombre de Domicia una noble romana que vivió durante el siglo II descrita como «piadosa y generosa» por Marco Aurelio en sus «Meditaciones» y una tía de Nerón.

    En su variante masculina también hay homónimos en la Historia, como Aureliano, laureado general romano que se convirtió en emperador a la muerte de Claudio II, que se llamaba Lucio Domicio Aureliano, o San Domicio, un eremita armenio del siglo V apodado «el médico» cuya festividad se celebra el 5 de julio.

  8. Auxibio

    San Auxibio
    San Auxibio

    Apenas quedan 20 personas en España llamadas Auxibio y su edad media es ya de 75,7 años, la más alta en las estadísticas masculinas del INE.

    El nombre, de origen griego y latinizado en Auxibius o Auxibus, está compuesto de «aumentar, crecer» y bio «vida», según recoge el «Diccionario de nombres propios» de Roberto Faure. Debe su existencia como nombre de bautismo cristiano a san Auxibio o Auxibo, obispo de Solia (Chipre) en el siglo II (fiesta el 19 de febrero)

  9. Progreso

    Progreso es una traducción del nombre de origen griego Procopio que llevó el famoso historiador bizantino Procopio de Cesarea
    Progreso es una traducción del nombre de origen griego Procopio que llevó el famoso historiador bizantino Procopio de Cesarea - wikipedia

    En el segundo lugar de los nombres con mayor edad media que recoge el último Padrón continuo se sitúa Progreso. Solo quedan 28 personas en España con dicho nombre y superan de media los 75 años.

    Según el especialista en Onomástica Roberto Faure, Progreso es una traducción del nombre de origen griego Procopio que significa también «avance, adelanto».

    También Procopio ha caído en desuso. Quedan 128 personas con una edad media de 69 años. Debe su difusión como nombre de bautismo a algunos santos, señala el «Diccionario de nombres propios» de Faure, entre ellos un mártir en Cesarea de Palestina en el siglo IV (fiesta el 8 de julio), un confesor en Constantinopla en el siglo VIII, defensor del culto a las imágenes por lo que fue encarcelado (fiesta el 8 de febrero) y un abad en Praga en el siglo XI (fiesta el 4 de julio). También llevó este nombre un famoso historiador bizantino del siglo VI, Procopio de Cesarea.

  10. Ursicio

    El nombre de Ursicio deriva de Ursus, «oso»
    El nombre de Ursicio deriva de Ursus, «oso» - abc

    Otro de los nombres en peligro de extinción es el de Ursicio. Solo quedan 24 personas llamadas así y su edad media es de 74,2 años.

    Proviene del latín Ursicius/ Ursicia y ya aparece en época imperial romana como cognomen (nombre que recibía una persona en la antigua Roma, dado a partir de características personales, que era heredado por sus descendientes e identificaba dicha rama familiar).

    El nombre deriva de Ursus, «oso», con el sufijo -icius.

    El santoral registra a San Ursicio, mártir en Iliria en tiempo del Emperador Maximiano y del Presidente Arístides. Su fiesta es el 14 de agosto.

  11. Acindino

    Acis tocando la flauta. Escultura de Jean-Baptiste Tuby (Jardines de Versalles).
    Acis tocando la flauta. Escultura de Jean-Baptiste Tuby (Jardines de Versalles). - Coyau (wikipedia)

    No llegan a treinta (28) los hombres que llevan por nombre Acindino en España y ya cuentan con una edad media de 73,7 años.

    Acindino es un nombre de origen griego latinizado en Acis, un personaje de la mitología clásica que personificaba el río del mismo nombre en Sicilia, según el «Diccionario de nombres propios» de Faure. Acis fue el amante de la nereida Galatea, y murió asesinado por el celoso cíclope Polifemo. «Es dudosa la etimología del topónimo, tal vez de origen fenicio, o en relación con el griego “punta”», señala el experto en Onomástica.

    Acindino fue también un santo de mediados del siglo IV que murió mártir en Persia junto a los Santos Pegaso, Aftonio, Elpidoforo, Anempodisto, y otros siete mil cristianos en tiempos del Rey Sapor II (310-381).

Ver los comentarios