Siderúrgica Sevillana cambia su cúpula directiva

Siderúrgica Sevillana ha remodelado su cúpula directiva en un nuevo año difícil para la industria de Alcalá de Guadaíra , que se está viendo afectada por la crisis china. Mauro Pozzi , el histórico director gerente, que ha llevado el timón de la empresa durante más de cuatro décadas, deja la primera línea de decisión, aunque seguirá vinculado a la compañía a sus más de 70 años.

A partir de ahora, la dirección de Siderúrgica Sevillana será compartida entre dos ejecutivos en calidad de consejeros delegados: Ignacio Carrillo de Albornoz , con una larga trayectoria en la empresa, se encargará de las tareas administrativas; y el italiano Angelo Ippoliti se ocupará de los temas operativos y de producción. Ippoliti, que llegó este verano a Sevilla para tomar posesión de su cargo, ha ocupado puestos de responsabilidad en otras fábricas del Grupo Riva , la matriz italiana de Siderúrgica Sevillana.

En paralelo, también se ha producido un relevo en la presidencia de la compañía, en la que Claudio Riva ha tomado el testigo de su hermano Nicolás Riva, ambos representantes de la familia accionista, oriunda de la región de Lombardía.

Según fuentes de Siderúrgica Sevillana , la crisis de la economía china está afectando de lleno al negocio de la industria alcalareña, que produce barras de acero corrugado para la construcción, mediante el reciclado y valorización de chatarra de hierro, con un destino preferente a la exportación. Las constructoras chinas , sus principales clientes en el país asiático, han parado abruptamente su actividad y ahora lo que se espera es que la sobreproducción de las siderúrgicas chinas salga al mercado internacional a bajo precio y compita de lleno en plazas del Norte de África donde la empresa de Alcalá tiene actualmente su principal foco de negocio.

Este es un contratiempo añadido a los duros años de crisis que ha tenido que superar Siderúrgica Sevillana , muy castigada por el derrumbe del ladrillo, que lastró sus cuentas de resultados durante varios ejercicios en los que entró en pérdidas. Gracias al respaldo que le brindó Riva durante las vacas flacas, que capitalizó la empresa con varias ampliaciones, y a la pelea por los mercados exteriores en los que se ha volcado en los últimos años como válvula de escape, Siderúrgica ha podido resistir, incluso sin recurrir a expedientes de regulación de empleo como hicieron otras industrias en situación similar. Acuerdos razonables con los trabajadores le permitieron mantener una plantilla que ronda los 400 empleados.

Tras volver a los beneficios en los ejercicios 2012 y 2013, el pasado año entró de nuevo en pérdidas. A la escasa recuperación del mercado nacional se añadieron los costes energéticos y logísticos (portuarios), que mermaron su competitividad en el exterior, donde actualmente ya encuentra el 70% de su cifra de negocio.

Así, el volumen de facturación se situó en 320 millones de euros el pasado año, frente a los 327 millones del ejercicio 2013, lo que supone un descenso del 2,1%. La producción se mantuvo estable en 2014 ( 699.000 toneladas ), con relación al año anterior (690.000). Pese a que la producción y las ventas se estabilizaron en 2014, los márgenes siguieron bajando mermaron su rentabilidad.