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El futuro de Abengoa pasa por un duro plan de ajuste cuyo desenlace será en 2017

Tiene más de 4.000 empleados en Sevilla, la Fundación Focus, respalda la Universidad Loyola y es el gran «cliente» de la Escuela de Ingenieros

El futuro de Abengoa pasa por un duro plan de ajuste cuyo desenlace será en 2017 millán herce

Luis montoto

No invierte en publicidad y no ha puesto un rótulo con el nombre de la empresa en los grandes inmuebles de Sevilla que ha ocupado a lo largo de su historia, ni siquiera en los siete edificios que componen el Campus de Palmas Altas , donde centralizó sus cuarteles generales en el año 2009. Sin embargo, su nombre está asociado a Sevilla a través de múltiples conexiones.

En primer lugar, es la empresa privada que más empleo genera en la ciudad (en torno a 4.000 trabajadores, un 16% de su plantilla total). A esto se le suman otros beneficios del denominado «efecto sede». Por ejemplo, una inversión de siete millones de euros en labores culturales y sociales a través de la Fundación Focus; o el respaldo decisivo al desarrollo de la Universidad Loyola. También es uno de los principales «clientes» de la Escuela de Ingenieros de Sevilla , a la que ha encargado numerosos programas de I+D a través de la Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía ( Aicia ). ¿Qué ocurrirá a partir de ahora con el peso decisivo que Abengoa ha tenido en Sevilla?

Cuando el pasado jueves el consejero delegado de Abengoa, Santiago Seage , presentó las perspectivas del grupo ante la futura ampliación de capital , solo fue extremadamente minucioso a la hora de ofrecer un tipo de información: cuáles son las nuevas líneas de crédito para pagar los vencimientos más urgentes y cómo se ajustarán las desinversiones —1.200 millones de euros— a las exigencias de pago de la deuda en los próximos quince meses.

Es muy relevante el paso atrás que Felipe Benjumea ha dado para cerrar el acuerdo con Banco Santander, HSBC y Credit Agricole; y también la limitación de derechos de voto al 40% de Inversión Corporativa (la sociedad que agrupa a los accionistas históricos , como los Benjumea, Aya, Abaurre, Solís o Sundhein). Pero sobre todo, es decisivo el hecho de que al menos hasta 2017 la gestión de los dos «hombres de la casa» que han quedado al frente de Abengoa (el nuevo presidente José Domínguez Abascal y el propio Santiago Seage) estará férreamente vigilada y fiscalizada por un comité con tres miembros que analizarán todas sus decisiones (una especie de Troika que velará por el cumplimiento estricto del plan de choque). Abengoa solo ejecutará la ampliación de capital cuando presente sus cuentas del tercer trimestre y ese será el momento de detallar otros puntos decisivos del plan de ajuste.

La «troika»

Los bancos van a someter a una rigurosa dieta a Abengoa con una hoja de ruta que orillará la filosofía de negocio que tiene Felipe Benjumea. El ahora presidente de honor de la compañía siempre ha estado muy influenciado por una idea de la consultora McKinsey, que considera que una compañía debe tener tres horizontes de expansión. El primero de ellos es un negocio bien contrastado, vinculado a su actividad tradicional y que permita generar caja. El segundo tendría que situarse en sectores emergentes con alta capacidad de crecimiento y en los que es necesario invertir para desarrollar todo su potencial. Y por último, debe explorar permanentemente opciones de futuro .

La vinculación de Abengoa con Sevilla se explica en el arraigo de sus accionistas

En el caso de Abengoa estos papeles estaban muy bien repartidos. La actividad principal siempre ha sido la ingeniería y la construcción de grandes instalaciones industriales y energéticas. El segundo horizonte era el de las energías limpias y, muy especialmente, la solar y los biocombustibles. En el tercer horizonte estaban otras iniciativas, como el desarrollo y la comercialización de créditos de carbono (Zeroemission) o la investigación del hidrógeno como fuente de energía (Hynergreen). Solo el pasado año Abengoa registró 130 patentes, de las que dos tercios se corresponden con investigación en energía solar, le siguen en importancia la bioenergía y biotecnología y, en menor medida, la investigación en hidrógeno, agua y transporte eléctrico.

Siguiendo con el esquema de McKinsey, el problema ha llegado cuando el primer horizonte no ha podido financiar al segundo . Es decir, cuando la compañía no ha generado los recursos necesarios para soportar el enorme esfuerzo que ha supuesto investigar, promover, construir y gestionar las grandes plantas termosolares y las refinerías de biocombustibles. A finales de 2006 Abengoa tenía una deuda de 1.100 millones de euros (3,9 veces su Ebitda). A cierre del primer semestre de este año rondaba los 6.500 millones (4,9 veces el ebitda).

Tras tres ejercicios de desinversiones y sofisticadas operaciones para obtener liquidez, a fines de julio se puso de manifiesto que el interés que pagaba Abengoa por su deuda estaba fuera de control y le bloqueaba la posibilidad de acudir al mercado para financiarse.

Ante este crítico panorama , el desenlace de la ampliación de capital garantiza su supervivencia. El plan hasta 2017 consiste en centrar el foco casi exclusivamente en la rama de ingeniería y construcción, liquidando momentáneamente la idea de invertir en otros horizontes con activos en concesión. Se respetarán los compromisos de los próximos tres años (en torno a 1.100 millones de euros para concluir una planta termosolar en Sudáfrica , la plataforma solar de Atacama o una red de líneas eléctricas en Brasil), pero a partir de ahora se limitarán radicalmente los futuros desembolsos a 50 millones de euros al año.

Si se cumplieran los objetivos del plan de negocio, Abengoa llegará a 2017 como una compañía más pequeña , más sostenible desde un punto de vista financiero y con un modelo de negocio mucho más conservador. Solo entonces llegará el momento de responder la pregunta clave: ¿Qué pasará con Abengoa? Banco Santander, HSBC y Credit Agricole no tienen vocación de controlar la gestión más allá del cumplimiento del plan de ajuste y, dado que Inversión Corporativa desembolsará 120 millones de euros en la ampliación de capital, las familias fundadoras seguirán teniendo un peso vital en las decisiones (no es descabellado pensar que sus derechos de voto volverán a estar por encima del límite autoimpuesto del 40%). En 2017 se definirá cuál será la estructura de capital del grupo. Después de esta crisis nada volverá a ser lo mismo en Inversión Corporativa. Sin embargo, si Abengoa (con un 85% de su actividad fuera de España) está asociada a Sevilla a través de múltiples conexiones se debe al arraigo de los accionistas históricos con la ciudad. La solución para preservar el «efecto sede» pasa por el apellido Benjumea.

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